Siempre que llega el verano de Juegos Olímpicos es ilusionante ver a nuestros atletas competir por la gloria deportiva. Es por ello que hoy recordaremos a María del Pilar Roldán Tapia, la ‘mosquetera’ mexicana que dejó huella en la máxima justa deportiva internacional.
Pilar Roldán nació el 18 de noviembre de 1939 en la Ciudad de México y proviene de una familia de destacados deportistas. Su padre, Ángel Roldán, fue seleccionado en la Copa Davis en 1934 y su madre, María Tapia, ganó tres medallas en los Juegos Centroamericanos.
Histórica esgrimista mexicana
Aunque sus padres destacaron en el tenis, Pilar encontró su pasión en la esgrima. Empezó a practicar dicha disciplina a los 13 años porque se inspiró en el libro de “Los Tres Mosqueteros”.
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Bajo la guía del italiano Eduardo Alajmo, un reconocido entrenador que había competido en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, Pilar se especializó en florete y rápidamente se destacó en la esgrima. A los 15 años compitió en los Juegos Panamericanos de 1955, donde obtuvo el cuarto lugar.
Un año más tarde, con 17 años, participó en los Juegos Olímpicos de Melbourne, convirtiéndose en la segunda mujer mexicana en competir en esgrima olímpica. Esta Olimpiada introdujo por primera vez marcadores electrónicos en esgrima, revolucionando la disciplina.
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Pilar se clasificó para los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, sin embargo el presidente del Comité Olímpico Mexicano decidió que el equipo de esgrima no viajaría.
Pilar, con 28 años, hizo historia en los Juegos de México 1968 ya que ganó la medalla de plata, siendo la primera mujer del continente americano en ganar una presea en esgrima y la primera mexicana en obtener una medalla olímpica.
Después de su histórica medalla, María del Pilar se retiró como esgrimista. En 2015 recibió un reconocimiento por parte de la Federación Mexicana de Esgrima y el Comité Internacional de “Fair Play” por su destacada trayectoria y su ejemplo de juego limpio en la final de 1968.
María del Pilar Roldán Tapia es un ejemplo de perseverancia y éxito en el deporte. Su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de México 1968 marcó un hito para la esgrima y es una inspiración para futuras generaciones.
Con información de Raymundo Rangel.