Siempre existen anécdotas deportivas que quedarán grabadas en la memoria colectiva por mucho tiempo. Ante ello, hoy recordaremos Helsinki 1952 y el oro familiar de piragüismo en la historia de los Juegos Olímpicos.
Dicho evento se realizó del 19 de julio al 3 de agosto en la capital de Finlandia, en la cual 4 mil 955 atletas y 69 equipos se encargaron de participar en los 149 eventos de las diferentes disciplinas.
El oro emotivo de Bill y Frank Havens
Entre las novedades más destacadas que tuvieron los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 se encuentran la incorporación de Israel y la Unión Soviética (URSS) a la máxima justa deportiva internacional.
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Otra cosa que caracterizó a esta Olimpiada fue que las gimnastas de la Unión Soviética comenzaron a destacar por sus grandes actuaciones y se llevaron la victoria de manera holgada. De esta manera, comenzaría una racha que mantuvieron durante 40 años hasta la disolución de la URSS.
En tanto, el reglamento de las competencias ecuestres fue modificado y permitió que las mujeres compitieran, además podían hacer con los hombres en los eventos mixtos. La danesa Lis Hartel fue una de las pioneras y, padeciendo parálisis por debajo de las rodillas, se llevó la plata en la doma ecuestre.
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Finalmente, una de las historias más emotivas que dio esta Olimpiada fue la de los Havens. Bill fue convocado por Estados Unidos para representar a su país en una demostración de piragüismo en los Juegos Olímpicos de París 1924, pero declinó el llamado para quedarse en su casa junto a su esposa, quien esperaba el nacimiento de su primer hijo.
28 años más tarde, ese niño, llamado Frank, fue a competir a Helsinki 1952 en el evento individual de piragüismo de 10,000 metros, donde terminó ganando una emotiva medalla de oro.
Este oro familiar de piragüismo en Helsinki 1952 quedó en la historia de los Juegos Olímpicos, un evento deportivo en el que muchos atletas compiten por amor heredado a alguna disciplina.