En muchas comunidades rurales de Yucatán, México y otras partes de Latinoamérica, persiste una de las leyendas más curiosas y fascinantes del folclore: la creencia de que los aluxes o “duendes” trenzan las crines de los caballos durante la noche.
Según la tradición oral, estos pequeños seres mágicos visitan a los animales mientras duermen y, como parte de sus travesuras, entrelazan sus crines en elaboradas y complejas trenzas. Algunas versiones aseguran que lo hacen para jugar, columpiarse o incluso utilizarlas como estribos para montarlos.
¿Qué se dice sobre este fenómeno?
• El origen: La creencia está profundamente arraigada en la cultura popular y se ha transmitido por generaciones en zonas rurales de Yucatán, Coahuila y diversas regiones de México y Latinoamérica.
• Las entidades: Aunque en Yucatán se habla principalmente de aluxes, en otras partes del continente se les asocia con duendes, elfos, trolls o incluso brujas, dependiendo de la tradición local.
• El propósito: Se cree que las trenzas son producto del juego de estos seres mágicos, quienes las elaboran como parte de su interacción con los caballos durante la noche.
• La complejidad: Las trenzas suelen ser intrincadas y fuertemente apretadas, con un nivel de detalle que muchos consideran difícil de replicar incluso por manos humanas.
• El fenómeno: Numerosos propietarios de caballos han reportado que sus animales amanecen con crines trenzadas sin ninguna intervención humana aparente, un hecho que alimenta aún más el misterio.
• Temor y fascinación: Mientras algunos dueños se inquietan ante lo inexplicable del fenómeno, otros aceptan con naturalidad la idea de que los aluxes simplemente juegan con sus caballos.
Aunque no existe una explicación científica definitiva para este fenómeno, la leyenda sigue viva y forma parte del rico tejido cultural de la región. Ya sea mito o realidad, las trenzas misteriosas en las crines continúan despertando curiosidad, respeto y asombro entre quienes conviven con estos nobles animales.