El 31 de agosto, Andrea Osiris de 29 años de edad fue señalada por asesinar a su hija de 4 años de edad. Tras cometer el presunto delito, la mujer se autolesionó y este martes, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informó que fue detenida para ser presentada ante la justicia. Sin embargo, los antecedentes de los Tribunales Federales exigen que su caso sea analizado y juzgado con perspectiva de género.
En al menos tres sentencias han resuelto que lo “ordinario se asume y lo extraordinario requiere prueba plena”, en casos específicos de mujeres que son acusadas por homicidios en contra de un familiar; deben analizarse las circunstancias de vida que las rodeaban. Es decir, sí eran víctimas de algún tipo de violencia como la familiar, verbal, física, psicológica, y demás.
En entrevista, el abogado con maestría en amparo, Moisés Velázquez expuso que no es común que las mujeres asesinen a sus familiares. Aun así cuando cometen estos delitos, ocurren tal como el caso de Andrea. La mayoría de las agresiones son contra las hijas e hijos, y posteriormente, las mujeres se autolesionan.
“La mujer comete el delito en un solo acto insólito e intempestivo, sin dar cuenta de su acto que se produce como el desenlace de un estado de tensión acumulada, ausencia de apoyo u otras condiciones que la sitúan en un estado de vulnerabilidad”, comentó.
Antecedentes como el amparo 107/2021 en el que una mujer era acusada de violencia familiar, el Primer Tribunal Colegiado del Primer Circuito estableció que no es lo ordinario que la mujer sea la acusada entonces, se tiene que analizar con perspectiva de género.
“Tratándose del delito de homicidio con relación al parentesco cometido por mujeres las autoridades involucradas deben resolverlo dentro de esas circunstancias y condiciones de vida, en un alto porcentaje las víctimas son los niños sobretodo cuando las mujeres ejercen el rol de cuidado”, apuntó.