Durante años, ha existido la percepción de que la sociedad yucateca es “cerrada” o poco receptiva hacia quienes vienen de otras partes del país o del extranjero. Este estigma, aunque generalizado, no siempre responde a realidades actuales, y requiere analizarse desde lo cultural, lo histórico y lo social.
Un origen histórico y cultural
Yucatán ha sido históricamente una región con una fuerte identidad propia, resultado del aislamiento geográfico que vivió durante siglos respecto al centro del país. Este aislamiento, combinado con la profunda herencia maya y la influencia europea colonial, generó una cultura con rasgos muy particulares, lo que puede dar la impresión de exclusividad o reserva frente a lo externo.
¿Qué dicen los datos?
De acuerdo con el Estudio de Cohesión Social del INEGI 2022, Mérida tiene uno de los índices más altos de confianza vecinal y sentido de comunidad en el país, lo cual indica fuertes lazos internos, pero también puede asociarse con menor apertura inicial hacia quienes vienen de fuera.
Por otro lado, Mérida ha sido calificada como una de las cinco mejores ciudades para vivir en México, según el ranking “Ciudades más habitables 2023” de Gabinete de Comunicación Estratégica. Parte de este atractivo ha hecho que la ciudad reciba a miles de migrantes nacionales e internacionales cada año, especialmente de la CDMX, Monterrey, Guadalajara y EE.UU., quienes han logrado integrarse y abrir espacios en sectores como negocios, cultura y academia.
Evolución y apertura progresiva
Si bien aún existen entornos sociales tradicionales o círculos cerrados, especialmente en clases altas o contextos muy conservadores, lo cierto es que la Mérida de hoy es mucho más diversa. La llegada de nuevas generaciones, proyectos multiculturales, universidades y plataformas digitales han ampliado la apertura social y la tolerancia.
Conclusión
Más que una sociedad cerrada, Yucatán es una sociedad con fuertes raíces culturales y estructuras comunitarias sólidas. Adaptarse puede requerir paciencia y respeto por las costumbres locales, pero quienes logran integrarse descubren una comunidad cálida, respetuosa y orgullosa de su identidad.
