El programa de bienestar animal que puso en marcha el personal de la zona arqueológica de Chichén Itzá con autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha rescatado y rehabilitado a 40 perritos mestizos, que llegan a los vestigios mayas en busca de comida y agua.
Los canes que resguarda Chichén Itzá son abandonados o van por su propio pie. Algunas de las perritas que han llegado están embarazadas, apenas en marzo se dieron en adopción a 23 cachorros que nacieron en las pirámides mayas.
El objetivo de con está iniciativa es brindar alimentación, atención veterinaria, esterilizarlos y finalmente, hallarles un hogar. Entre los adoptantes hay personas del municipio de Tinum, Progreso, países como Canadá e incluso elementos de la Guardia Nacional que se encariñan con los perritos.
“Estoy encargada de llevar a cabo las esterilizaciones de todos los caninos. Nos encargamos de atraparlos en jaula trampa porque muchos de ellos son salvajes no se dejan tocar, los atrapamos llevamos al veterinario tenemos hecho un convenio con un veterinario del pueblo de Piste”, explicó la encargada de enfermería y protección civil de Chichén Itzá, Suemy Balam.
De forma permanente en el sitio solo viven Osita, Cachimba, Pintita, Pinto y Rayas. Estos perritos “malixes” como se les conocen Yucatán, son quienes custodian la pirámide maya de Chichén Itzá desde la pandemia de Covid en el año 2020.
