TURISMO

Acanceh, Yucatán: historia viva entre pirámides y tradiciones

Ubicada a tan solo 22 kilómetros de Mérida, la zona arqueológica de Acanceh es uno de los tesoros poco explorados del estado de Yucatán.

Escrito en YUCATÁN el

Ubicada a tan solo 22 kilómetros de Mérida, la zona arqueológica de Acanceh es uno de los tesoros poco explorados del estado de Yucatán. Este sitio, cuyo nombre significa “bramido de venado” en lengua maya, combina historia prehispánica con la vida cotidiana de una comunidad que sigue conservando sus raíces.

Una ciudad maya viva

A diferencia de otras zonas arqueológicas que se encuentran en áreas deshabitadas, Acanceh destaca por estar en medio de un pueblo habitado. Las estructuras mayas están integradas al entorno urbano, lo que convierte al sitio en un ejemplo único de cómo conviven el pasado y el presente.

Entre sus construcciones más notables se encuentra la Pirámide de los Mascarones, que data del periodo clásico temprano (alrededor del año 300 d.C.). Esta pirámide conserva tres mascarones monumentales tallados en estuco, que representan a deidades o personajes importantes del mundo maya, y que son una muestra excepcional del arte y simbolismo de la época.

También destaca el llamado Palacio de los Estucos, donde se han encontrado relieves bien conservados que revelan aspectos ceremoniales y jerárquicos de la antigua ciudad.

Un sitio accesible y cercano

Gracias a su cercanía con Mérida, Acanceh es un destino ideal para quienes buscan una experiencia arqueológica sin alejarse demasiado de la capital. El costo de entrada es bajo y el recorrido puede hacerse en un par de horas, permitiendo combinar la visita con otros puntos de interés en la región.

Además, los habitantes del pueblo suelen compartir con orgullo las historias y leyendas del sitio, así como su gastronomía tradicional y fiestas religiosas.

Conservación y turismo responsable

Las autoridades del INAH y el gobierno estatal han hecho esfuerzos por preservar las estructuras y al mismo tiempo fomentar el turismo cultural. Sin embargo, aún queda mucho por investigar y conservar, por lo que la visita responsable de los turistas es clave para proteger este legado.

Acanceh no es solo un sitio arqueológico: es un puente entre el esplendor del mundo maya y la vida cotidiana de Yucatán. Una joya escondida que espera ser descubierta con respeto y admiración.