En Yucatán, el alcoholismo sigue siendo un problema significativo, con reportes de aumento en el consumo, especialmente entre jóvenes, y un incremento en enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol, como la cirrosis hepática. Se observa que el inicio del consumo de alcohol se da cada vez a edades más tempranas, incluso en niños de 13 años. Además, el consumo de alcohol está vinculado a problemas de salud pública, como la violencia física, sexual y psicológica, así como a accidentes y problemas de convivencia social
No obstante, ha alarmado el inicio temprano del consumo: el 71 % de los consumidores de alcohol comenzó antes de los 18 años, y el 55 % lo hizo a los 13 o antes, según una encuesta realizada en junio de 2024. Además, la juventud también está expuesta: adolescentes entre 12 y 17 años en municipios como Mérida, Kanasín, Umán, Progreso, Celestún y Chemax presentan índices de consumo preocupantes, con alrededor del 35 % probando alcohol
Municipio con mayor consumo y fácil acceso al alcohol.
Según datos de 2024, Yucatán cuenta con 1984 establecimientos dedicados a la venta de alcohol (1335 expendios de cerveza y 649 licorerías).
El municipio con mayor concentración es Mérida, con:
• 806 locales: 512 expendios de cerveza y 294 licorerías le siguen:
• Kanasín (185)
• Tizimín (79)
• Progreso (68)
• Valladolid (62)
• Umán (56)
Estas cifras reflejan que el acceso en Mérida, especialmente en el Centro Histórico y zonas como Caucel o Francisco de Montejo, es muy fácil.
Es importante destacar:
El alcoholismo es considerado una enfermedad, y no un simple vicio, con graves repercusiones en la salud individual y en el entorno familiar y social.
Conclusión y llamado a la acción
Aunque Yucatán ha logrado una mejora notable en su posición nacional pasando del 1° al 29° lugar en intoxicaciones agudas persisten retos importantes:
1. El fácil acceso al alcohol, especialmente en Mérida.
2. El consumo temprano entre menores de edad.
3. La necesidad de reforzar políticas de prevención y salud, especialmente enfocadas en jóvenes y en zonas con alta densidad de expendios.
Para seguir avanzando, es crucial:
• Controlar y regular el número de licorerías.
• Fortalecer campañas educativas sobre consumo responsable.
• Promover y mejorar el acceso a servicios de salud mental y adicciones.