Quien recorra los pueblos y ciudades del estado de Yucatán notará un detalle curioso: la mayoría de las iglesias coloniales tienen sus entradas principales orientadas en la misma dirección. No es coincidencia, ni capricho arquitectónico. Se trata de una decisión profundamente ligada a la religión, la cosmología y el orden impuesto durante la colonización española.
Una orientación con propósito
Durante la época colonial, cuando los españoles comenzaron a construir iglesias sobre o cerca de antiguos centros ceremoniales mayas, se estableció un patrón: orientar las entradas principales de las iglesias hacia el oeste. Esto se hacía siguiendo tradiciones cristianas que simbolizan el camino del creyente hacia la luz (el este, donde nace el sol), de modo que al entrar al templo se camina hacia el altar que suele estar orientado hacia el este.
Esta disposición también servía como una forma simbólica de sustituir la cosmovisión maya por la cristiana, imponiendo un nuevo orden espacial y espiritual. Las iglesias no solo eran centros religiosos, sino también herramientas de evangelización y control social.
Herencia que perdura
Hoy en día, muchas de estas construcciones aún se conservan, y con ellas, ese patrón de orientación que guarda siglos de historia. Es un testimonio silencioso del pasado colonial de la región, visible en la alineación casi ritual de los templos que siguen marcando la identidad de los pueblos yucatecos.
Así, cada vez que visites una iglesia en Yucatán, observa su entrada. Detrás de esa fachada hay más que arquitectura: hay siglos de simbolismo, fe e historia
