VIALIDAD

El tráfico vehicular en Mérida: una realidad que ya nos afecta a todos

Mérida, conocida por muchos años como una ciudad tranquila, segura y con una excelente calidad de vida, enfrenta hoy uno de sus desafíos urbanos más notables.

Escrito en YUCATÁN el

Mérida, conocida por muchos años como una ciudad tranquila, segura y con una excelente calidad de vida, enfrenta hoy uno de sus desafíos urbanos más notables: el tráfico vehicular. Lo que antes eran traslados rápidos y cómodos, hoy se ha transformado en largos recorridos, embotellamientos constantes y una creciente frustración social.

En los últimos años, el crecimiento poblacional, el aumento del parque vehicular y la expansión desordenada de la mancha urbana han provocado un notable deterioro en la movilidad. Las principales avenidas —como Prolongación Montejo, Circuito Colonias, Itzáes, y el Periférico— presentan congestionamientos prácticamente a cualquier hora del día. Las llamadas “horas pico” se han extendido, y los trayectos que antes duraban 10 o 15 minutos ahora pueden tomar hasta una hora.

Esta situación no solo afecta a quienes conducen. El transporte público también se ve afectado por los embotellamientos, haciendo más lento e ineficiente el servicio para miles de usuarios. A esto se suma la creciente contaminación ambiental y auditiva, el estrés cotidiano y la pérdida de productividad por los retrasos constantes.

Aunque se han anunciado proyectos de movilidad como el Va y Ven y el Ie-Tram, la infraestructura vial y la cultura vial no han evolucionado al mismo ritmo. La falta de planeación urbana, los desarrollos habitacionales mal conectados y la poca inversión en alternativas sostenibles como ciclovías reales y seguras, son factores que agravan el problema.

Hoy más que nunca, Mérida necesita soluciones integrales, decisiones valientes y participación ciudadana para cambiar el rumbo. El tránsito vehicular ya no es solo un problema de movilidad: es un tema de calidad de vida.