El Parque Ecoarqueológico del Poniente, también conocido como Ya’ax Tal —que en lengua maya significa “reverdecer”—, es uno de los espacios naturales y culturales más valiosos de Mérida, Yucatán. Ubicado en el fraccionamiento Bosques del Poniente, este sitio combina la riqueza del patrimonio arqueológico con la importancia ecológica de una gran reserva verde dentro de la ciudad.
A diferencia de otros parques, Ya’ax Tal no cuenta con una fecha exacta de fundación, pues su origen se entrelaza con el crecimiento urbano del poniente meridano y con los esfuerzos por conservar los vestigios arqueológicos del antiguo asentamiento de Xoclán.
Un antiguo asentamiento maya
El área que hoy ocupa el parque fue parte de Xoclán, un pueblo periférico de la antigua ciudad maya T’hó —nombre prehispánico de Mérida. De acuerdo con investigaciones arqueológicas, el sitio estuvo habitado desde aproximadamente el 600 a.C. y alcanzó su apogeo entre los años 800 y 1000 d.C.
En su interior se conservan 64 estructuras prehispánicas, entre ellas tres edificios piramidales, uno de los cuales alcanza los nueve metros de altura. Además, se puede apreciar un sacbé (camino blanco maya) que conserva 240 metros de largo y 12 metros de ancho, testimonio de la avanzada ingeniería y organización de los antiguos mayas.
De zona arqueológica a espacio público
El proyecto del parque ecoarqueológico se consolidó como una iniciativa para integrar la conservación del patrimonio con la vida urbana. A medida que Mérida se expandía hacia el poniente, surgió la necesidad de proteger el sitio y, al mismo tiempo, ofrecer un área verde para la comunidad.
Así nació Ya’ax Tal, concebido como un modelo de gestión urbana, conservación e investigación, donde conviven la historia, la naturaleza y el esparcimiento.
Un refugio verde en la ciudad
Actualmente, el Parque Ecoarqueológico del Poniente es conocido como “el gran pulmón de Mérida”. Sus senderos entre la selva baja yucateca, su cuerpo de agua y su diversa fauna local lo convierten en un punto de encuentro para quienes disfrutan de actividades al aire libre, como correr, andar en bicicleta, hacer picnics o practicar avistamiento de aves y peces.
Más que un sitio con una fecha de fundación, Ya’ax Tal representa un esfuerzo colectivo por preservar la memoria maya y la naturaleza dentro de una ciudad en constante crecimiento. Es, en esencia, un espacio donde la historia reverdece cada día.