A las playas del municipio de Celestún arribaron 22 personas de Cuba. Llegaron a México en busca de una mejor vida. Entraron a territorio nacional por mar y fueron apoyados por los pobladores.
Ante la ausencia de refugios migrantes del Instituto Nacional de Migración (INM), es la Pastoral de Movilidad de la Iglesia Católica la que se hace cargo. Sin embargo, en está ocasión fueron los habitantes del puerto, quienes ofrecieron refugio a estás personas.
Cabe recordar que en las leyes de México, migrar no es un delito, aunque sí es considerada una falta administrativa que podría llevar 36 horas a los separos a quienes migran. Además, el INM puede requerir de forma administrativa a la persona migrante para conocer su situación.
Enrique Puc de la Pastoral Migrante reconoció el trabajo de los pobladores de Celestún en una reunión con las personas migrantes. "Independientemente de la religión, aquí todos seres humanos y personas. La labor de la población de Celestún fue excepcional al defenderlos y aquí estamos para apoyarles", acotó.
Hasta agosto de este año, en datos del Boletín de la Unidad de Política Migratoria del Gobierno Federal en Yucatán se registraron 332 personas migrantes con una situación irregular.
