Un día como hoy, pero de 1811 fue fusilado en Chihuahua, Miguel Hidalgo y Costilla, mejor conocido como ‘El Zorro’, uno de los personajes más importantes de nuestra historia y que gracias a él y otros, somos una nación independiente.
El llamado ‘Padre de la Patria’ siempre preocupado por mejorar las condiciones de sus feligreses, casi todos indígenas, buscó liberar a nuestro territorio del yugo español y que, en cada rincón de la colonia se olvidaran por completo de España.
¿Quién fue Miguel Hidalgo?
Miguel Hidalgo y Costilla fue sacerdote mexicano. Nació el 8 de mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo en Pénjamo.
En 1778, fue ordenado sacerdote y en 1803 se hizo cargo de la parroquia de Dolores, Guanajuato.
Se convirtió en un insurgente tras ver la desigualdad y división de clases en la Nueva España, la explotación minera y entrega de tierras a españoles antes que a los criollos (término aplicado a todos aquellos nacidos en territorio americano, pero de padres europeos).
Pero eso no es todo, las reformas borbónicas llevadas a cabo en España para modernizar aquel país, a costa de los americanos, generó un profundo enojo.
¿Cuáles fueron las victorias de Hidalgo?
La madrugada del 16 de septiembre de 1810, Hidalgo integró su ejército con gente procedente de las minas, del campo, de los pueblos y algunas ciudades, todo ello junto con otro insurgente, Ignacio Allende, ahí se inició una escalada de victorias militares sosteniendo un estandarte de la Virgen de Guadalupe.
Consiguió victorias implacables en Celaya, Salamanca, Irapuato y Silao, tomó por asalto la ciudad de Guanajuato para después partir rumbo a la Ciudad de México, sin embargo, nunca se pudo concretar ésta última.
Batalla del Puente de Calderón, el principio del fin
En Aculco vivió su primera caída, luego en Guanajuato y todo empeoró con su derrota en la Batalla del Puente de Calderón, Guadalajara, el 17 de enero de 1811.
Ahí combatieron 100 mil insurgentes comandados por Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama, contra solo 7 mil 500 soldados realistas, al mando del teniente general Félix María Calleja, pese a que el Ejército de Hidalgo era más grande, la mayoría solo fue utilizado como carne de cañón, pues no tenían la preparación adecuada.
Además, ante el miedo de varios miembros insurgentes luego de la explosión de una granada española en las municiones mexicanas se acrecentó el pánico y mucho optaron por huir. El desastre fue total y el inmenso ejército insurgente fue aniquilado.
En pocas palabras las fuerzas insurgentes fueron devastadas y los eventos posteriores precipitarían la captura y condena de Hidalgo.
Captura y fusilamiento de Hidalgo
Tras la derrota, Hidalgo escapó hacia el norte y estuvo prófugo cerca de dos meses, hasta el 21 de marzo, donde fueron alcanzados por el capitán de milicias, Francisco Ignacio Elizondo en Acatita de Baján, quien fingió ser leal a la insurgencia.
Elizondo engañó a los pocos insurgentes que lograron escapar de la Batalla del Puente de Calderón, posteriormente con ayuda del Ejército Realista, hizo prisioneros a mil trescientos insurgentes, quienes fueron llevados a Chihuahua, donde los enjuiciaron, en la lista estaba el ‘Padre de la Patria’, Miguel Hidalgo y Costilla.
“No me tengas lástima, sé que es mi último día, mi última comida y por eso tengo que disfrutarla; mañana ya no estaré aquí; creo que eso es lo mejor, ya estoy viejo y pronto mis achaques se van a comenzar a manifestar, prefiero morir así que en una cama de hospital”, fueron las palabras de ‘El Zorro’ un día antes de ser fusilado.
Su cabeza fue exhibida
El 3 de julio de 1811 se dictaminó que Hidalgo debía morir, la Santa Inquisición lo degradó de su carácter sacerdotal y al amanecer del 30 de julio fue fusilado.
Su cabeza, junto a la de Allende y a la de otros insurgentes, se exhibieron en la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato.
Hoy se cumplen 211 años de la muerte de Miguel Hidalgo y Costilla, sus restos descansan en el Ángel de la Independencia. ¡Viva el Padre de la Patria!