CIENCIA

¿Oler flatulencias ayuda al cerebro? Un estudio abre debate sobre Alzheimer

Científicos evaluaron la memoria y la función motora de ratones.

Los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para imitar la enfermedad de Alzheimer en humanos.
Los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para imitar la enfermedad de Alzheimer en humanos. Créditos: Freepik_Canva.
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Una investigación realizada por científicos de Johns Hopkins Medicine ha generado conversación al analizar el papel del sulfuro de hidrógeno (H2S), un gas con olor a “huevo podrido” presente en las flatulencias, en la protección del cerebro envejecido.

El estudio, publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), sugiere que este compuesto podría tener efectos neuroprotectores bajo condiciones controladas.

El doctor Bindu Paul, profesor asociado de Johns Hopkins y coautor del trabajo, explicó que los nuevos datos vinculan el envejecimiento y la neurodegeneración con la señalización celular mediada por moléculas gaseosas como el sulfuro de hidrógeno, lo que abre una línea de investigación prometedora contra el Alzheimer.

Crédito: Cuartoscuro.

¿Cómo se realizó el experimento?

Los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para imitar la enfermedad de Alzheimer en humanos. A estos animales se les administró un compuesto llamado NaGYY, que libera lentamente sulfuro de hidrógeno dentro del organismo, permitiendo una exposición dosificada y controlada.

Tras 12 semanas de tratamiento, los científicos evaluaron la memoria y la función motora de los ratones. Los resultados mostraron una mejora cercana al 50 por ciento en capacidades cognitivas y motoras en comparación con los roedores que no recibieron el compuesto, además, de mayor actividad física y mejor desempeño en pruebas de memoria.

¿Qué implican estos resultados?

De acuerdo con el estudio, las consecuencias conductuales asociadas al Alzheimer podrían revertirse parcialmente mediante la introducción controlada de sulfuro de hidrógeno. El cuerpo humano produce pequeñas cantidades de este gas de forma natural, lo que sugiere que cumple funciones fisiológicas importantes.

Crédito: Cuartoscuro.

Sin embargo, los investigadores aclaran que esto no significa que oler gases de manera intencional sea benéfico. La exposición a altas concentraciones de sulfuro de hidrógeno puede ser tóxica y peligrosa para la salud.

El estudio enfatiza que los beneficios observados provienen de un tratamiento farmacológico controlado, no del olor de las flatulencias.

En niveles bajos, el H2S puede proteger células cerebrales y ralentizar procesos similares al Alzheimer, pero su uso debe ser cuidadosamente regulado.