Cómo crear un hábito para cumplir tus propósitos en el 2025, según la UNAM

Durante las vacaciones de invierno con frecuencia los rompemos y adquirimos otras costumbres que empiezan con el “maratón Guadalupe-Reyes”.

Es difícil determinar si son las mujeres o los hombres quienes más concretan las metas planteadas.
Es difícil determinar si son las mujeres o los hombres quienes más concretan las metas planteadas. Créditos: Canva.
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Para establecer o cambiar un hábito, el cerebro requiere que transcurra un tiempo determinado para obtener propósitos que demandan constancia; lo menos que se ha establecido en estudios son 21 días continuos, alertó indicó el profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, Manuel González Oscoy, a quienes se trazaron propósitos en el 2025.

“Si interrumpimos antes de ese periodo, sería como reiniciar, comenzar de cero”. Entonces, la recomendación es ser constantes y llevarlos a cabo, preferentemente a la misma hora, enfatizó González Oscoy,

No obstante, subrayó, durante las vacaciones de invierno con frecuencia los rompemos y adquirimos otras costumbres que empiezan con el “maratón Guadalupe-Reyes”, acudimos a fiestas y consumimos distintos alimentos, o tenemos otros horarios, diurno-nocturnos; pero cuando debemos regresar a nuestros patrones, como volver al trabajo o a la escuela, levantarnos a una hora específica, implica dejar de efectuar una práctica que establecimos durante la etapa de descanso.

De acuerdo con el experto, hay que plantearnos propósitos u objetivos específicos, claros y cuantificables. “Por ejemplo, bajar un kilo a la semana de los tres que subí durante las vacaciones; hacer 20 minutos de ejercicio cada tercer día (lunes, miércoles y viernes), entonces puedo darme cuenta si los estoy alcanzando o no”, ilustró el profesor universitario al señaló que para obtenerlos, a partir de la psicología sería benéfico procurar realizarlos en compañía, ya sea de un familiar o un amigo, que sea una especie de vigilante, como una conciencia que nos indique que debemos levantarnos para ir a correr, o comer más saludable, por ejemplo.

Desde este perfil conductista, el académico sugirió “darnos pequeños premios cada vez que consiga mi objetivo a corto plazo. Es decir, ‘si la propuesta fue bajar medio kilo a la semana y lo logré, premiarme con una ida al cine, comprarme unos zapatos o una prenda de vestir determinada’. Por el contrario, si no se alcanzó, imponernos un ‘castigo’, como dejar de comprar algo que me guste durante una semana; son pequeñas estrategias que pueden establecerse de manera sencilla y que están al alcance de todos”.

Finalmente, González Oscoy comentó que es difícil determinar si son las mujeres o los hombres quienes más concretan las metas planteadas. Lo que sí se puede asegurar es que este proceso se plantea en la edad adulta, ya que las y los niños tienen poca perspectiva de un planteamiento a largo plazo, mientras que los adolescentes van adquiriéndola durante esa etapa, pero en la adultez se tiene otra conciencia del tiempo, las relaciones, los errores, de los excesos, etcétera; ya han desarrollado un juicio sobre esas cuestiones.