El fentanilo ha ganado notoriedad por su potencia y los graves problemas de salud que puede causar. Aunque originalmente se desarrolló para tratar el dolor severo en pacientes con cáncer y otras condiciones médicas, su uso recreativo ha desencadenado una crisis global de salud.
¿Qué es el fentanilo?
Para empezar, es importante saber que el fentanilo es un opioide sintético que es aproximadamente 100 veces más fuerte que la morfina. Se utiliza médicamente para aliviar el dolor intenso y es administrado bajo estricta supervisión. Sin embargo, también se fabrica de manera ilegal y se mezcla con otras drogas, aumentando el riesgo de sobredosis. Su alta potencia y capacidad para actuar rápidamente en el sistema nervioso central lo hacen extremadamente peligroso si se usa fuera de un entorno médico controlado.
¿Por qué es tan adictivo el fentanilo?
En este sentido, el fentanilo es altamente adictivo debido a su capacidad para provocar una sensación intensa de euforia. Esto se debe a su acción sobre los receptores opioides en el cerebro, que no solo reducen el dolor, sino que también producen sensaciones placenteras. Con el tiempo, el cerebro se adapta a la presencia constante del dicha droga, lo que lleva a una rápida tolerancia y dependencia. La necesidad de aumentar la dosis para obtener el mismo efecto y los síntomas de abstinencia al dejar de usarlo contribuyen a su alta adicción.
Te podría interesar
¿Cuáles son los efectos y consecuencias del fentanilo?
No obstante, también puede causar estreñimiento, somnolencia, mareos, confusión y una reducción en la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Además, el uso prolongado de esta sustancia conlleva graves riesgos para la salud. La dependencia puede llevar a una serie de problemas, como adicción, tolerancia y dificultad para respirar. Los problemas renales, cardíacos y hepáticos son comunes en usuarios crónicos. En dosis elevadas, puede provocar depresión respiratoria, coma e incluso la muerte.
Te podría interesar
Es importante tener en cuenta que la adicción al fentanilo representa una crisis global, siendo responsable de un número creciente de muertes por sobredosis. Su impacto devastador es evidente, especialmente en jóvenes adultos, convirtiéndolo en una de las drogas más peligrosas y difíciles de controlar en el mundo actual.