Los refrescos han sido durante mucho tiempo una opción popular de bebida en todo el mundo, ofreciendo una amplia gama de sabores para todos los gustos. Sin embargo, con el creciente conocimiento sobre los problemas de salud relacionados con el consumo excesivo de azúcar, muchas personas están considerando alternativas más saludables, como los refrescos light y sin azúcar.
¿Pero cuál de estas opciones es realmente la mejor para tu salud?
Ambas versiones de refrescos comparten ingredientes comunes como el azúcar, el benzoato de potasio, los saborizantes artificiales y el colorante de caramelo. No obstante, existen diferencias notables que influyen en su impacto en la salud. Los refrescos light suelen tener menos calorías y azúcares que sus equivalentes regulares, gracias al uso de edulcorantes artificiales. Esto los convierte en una opción atractiva para quienes buscan reducir su ingesta calórica.
En contraste, los refrescos sin azúcar eliminan por completo el azúcar, sustituyéndolo con edulcorantes como el acesulfamo de potasio, que no impacta la respuesta glucémica del organismo. Esto los convierte en una opción ideal para personas con diabetes o para aquellos que buscan evitar los picos de azúcar en la sangre.
Impacto del azúcar en la salud
El exceso de consumo de azúcar se ha asociado con una serie de problemas de salud, como obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. La Organización Mundial de la Salud aconseja a los adultos limitar su ingesta de azúcares añadidos a menos del 10% de su ingesta energética diaria total, lo que equivale aproximadamente a 50 gramos o 12 cucharaditas por día.
¿Cuánta azúcar se recomienda ingerir diariamente?
Reducir la ingesta de azúcar no solo contribuye al control del peso, sino que también ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.
Leer las etiquetas de los productos alimenticios puede ser una estrategia efectiva para controlar y reducir la cantidad de azúcar añadido en la dieta, permitiendo tomar decisiones más conscientes y saludables sobre lo que consumimos.