La increíble forma que tenían los aztecas de concebir la felicidad

Dicha civilización de Mesoamérica fue una de las más grandes y poderosas que habitó nuestro territorio.

Los aztecas fueron una civilización mesoamericana.
Los aztecas fueron una civilización mesoamericana.Créditos: Envato Elements
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A continuación te contamos cuál es la increíble forma que tenían los aztecas de concebir la felicidad. Esta emoción es la que nos permite sentirnos plenos y genera que entremos en un estado de gracia puro.

Los aztecas fueron una civilización de Mesoamérica que transcurrió desde el periodo Posclásico Tardío hasta la Conquista española, fue una de las más grandes y poderosas que habitó nuestro territorio.

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¿Cómo eran felices los aztecas?

La felicidad es un estado de satisfacción en muchos sentidos que el ser humano busca constantemente a lo largo de su vida, por ello a continuación te contamos cómo la percibían nuestros antepasados, según un artículo de la autora Ana Pais de la BBC.

Una de las principales características de la concepción de la felicidad para los aztecas es que ellos no creían que había un vínculo entre sentirse feliz y tener la mejor vida posible. Esto se debe a que para ellos ambas cuestiones iban separadas y eso es muy diferente a lo que se piensa generalmente en la actualidad.

Además, basaban esta emoción o sentimiento en un refrán propio de su cultura: “resbaladiza, escurridiza es la tierra”. Con esto querían decir que el ser humano está diseñado para equivocarse y fracasar en sus metas, como si se encontraran en la tierra, pues éste es un lugar en el que las alegrías vienen acompañadas de dolor y obstáculos.

La civilización azteca pensaba que no importaba qué tan inteligente, hábil o talentoso seas, te pasarán cosas malas, te equivocarás, te caerás o resbalarás. De esta manera, se visualiza la felicidad como una cuestión “pasajera y azarosa”.

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Por último, los aztecas tenían la meta de vivir una vida digna y por ello utilizaban la palabra “neltiliztli” para describirla, su traducción es “arraigada” o “enraizada”. Una vida enraizada se compone de cuatro niveles: un cuerpo ejercitado, una psique conectada con uno mismo (mente y sentimientos), la comunidad como un eje fundamental (familia, amigos, vecinos, entre otros) y el cuarto nivel era consiguiendo los tres anteriores.

Ahora ya conoces la increíble forma que tenían los aztecas de concebir la felicidad.