En México existe una costumbre que podría parecer extraña en otro país, sin embargo, en nuestro país es de lo más común comer bolillo en situaciones de tensión, preocupación o miedo.
Tras haberse llevado a cabo el Simulacro Nacional 2022 con el que se conmemoran a las personas que perdieron la vida durante los sismos de 1985 y 2017, en Michoacán se presentó un sismo de 7.7 grados en la escala de Richter, el cual se percibió en otros estados, como lo fue la Ciudad de México, Jalisco, Guerrero, Estado de México y Colima, en este último se registró la muerte de un hombre.
Ante la tensión, miedo y nervios que provocó este hecho, algunos de los mexicanos recomendaron ingerir bolillo para que estas emociones no empeoren el estado de salud. Pese a que es una costumbre muy común, y más en casos de un sismo, hay quienes que se cuestionan la eficacia de este remedio.
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¿Por qué ayuda el bolillo ‘para los sustos’?
De acuerdo con Wulf Haubensak, investigador del Instituto de Investigación de Patología Molecular, el miedo es el ‘conjunto de estímulos con amenazas que se manifiestan con comportamientos defensivos’.
Se tiene entendido que cuando una persona se asusta, su cuerpo genera sustancias como adrenalina como parte de su modo de defensa, provocando, a su vez, que la respiración se corte y el ritmo cardiaco se acelere. Además, como respuesta al estrés, el organismo secreta jugos gástricos, los cuales pueden ocasionar acidez o hasta nauseas.
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Según con la Medicina Tradicional de México, el bolillo o la tortilla fría ayudan a ‘combatir’ el miedo, ya que la ‘boca del estómago’ es el lugar encargado de resguardar los estados emocionales.
Por su parte, la UNAM señala que ‘comer un bolillo sí puede ayudar a estabilizar la glucosa en la sangre y a contrarrestar la sensación de hueco en el estómago después de un susto, ya que los carbohidratos y las grasas inhiben la producción de ácido gástrico’.