Al igual que el perro, el gato es la mascota por excelencia, con frecuencia se suele pensar que los gatos son individualistas y que casi no necesitan atención, pero lo cierto es que para mantener su bienestar físico y emocional necesitan que el humano mantenga un entorno adecuado a ellos de acuerdo a cada etapa de su vida.
Los felinos domésticos también disfrutan de la interacción con los cuidadores, ya sea mediante el juego cuando son pequeños o mediante las caricias y peinados cuando son mayores.
El desarrollo del minino desde el nacimiento, cuando es totalmente dependiente y con una limitada capacidad para percibir y responder a los estímulos, hasta convertirse en un animal independiente, con una fisiología totalmente desarrollada, capaz de cuidar de sí mismo, cazar e interactuar con miembros de su propia especie o de otras, es un proceso muy rápido. Sin embargo, también es un proceso complejo y delicado, en el que están implicados muchos factores. Se han identificado diferentes etapas de desarrollo: prenatal, neonatal, de transición, de socialización, juvenil, adulto y sénior, y cada una de ellas influye en el comportamiento del gato.
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A medida que el gato crece se desarrollan los diferentes sistemas del organismo, incluyendo el sistema musculoesquelético y el nervioso, junto con el desarrollo psicológico (emocional), cuya secuencia debe ser la correcta para que sea neurotípico (es decir, normal). Se ha prestado mucha atención al periodo de socialización, ya que es cuando tiene lugar el destete de los gatitos, el posible cambio de hogar y la esterilización, existiendo, por tanto, muchas fuentes posibles de estrés que hacen que sea una etapa de desarrollo muy sensible. Sin embargo, no es la única etapa que se debe considerar. Por otro lado, hay que tener en cuenta que las etapas de desarrollo del gatito no son rígidas y pueden variar individualmente de un gatito a otro, además de existir diferencias en cuanto al rango de edad comprendido en cada etapa en función de las diferentes instituciones o asociaciones.
El periodo prenatal, desde la concepción hasta el nacimiento, suele durar 63 días y es más importante de lo que puede parecer, en cuanto a las características futuras del gatito. Durante las diferentes fases del desarrollo embrionario, comenzando con la fecundación del ovocito y posterior implantación del embrión en el revestimiento del útero (unas dos semanas después de la fecundación) se producen numerosos cambios. Como las gatas tienen varias crías en un mismo parto, este proceso se repite con múltiples cigotos-mórulas, posiblemente procedentes de apareamientos con diferentes machos. Una vez establecida la gestación, el entorno uterino también ejerce una gran influencia en el futuro comportamiento y desarrollo de cada michi.
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Periodo Neonatal
El periodo neonatal comienza en el momento del nacimiento y dura aproximadamente dos semanas de edad, aunque para algunos autores, este periodo es de tan solo 7 días. Sin embargo, como la madre inicia la lactancia y la estimulación perineal de los gatitos (para la micción y defecación) durante las dos primeras semanas de vida, probablemente, el periodo neonatal dure hasta entonces. El buen comportamiento maternal es esencial para el desarrollo saludable de los gatitos; nacen ciegos y prácticamente sordos, con una capacidad limitada para moverse y regular su temperatura corporal, por lo que dependen totalmente de la madre para sobrevivir.
Comer y dormir son las actividades más importantes para los gatitos en esta etapa y, durante la primera semana de vida, dedican una media de 4 horas al día a alimentarse de su madre.
Periodo de transición
Durante este periodo (2-3 semanas de edad) se producen rápidos cambios físicos y comportamentales y los gatitos desarrollan cierto grado de independencia de su madre. Los gatitos son capaces de reptar y caminar, aunque torpemente, y sus ojos y oídos ya son funcionales. Se produce la erupción de los primeros dientes deciduos, aunque los gatitos no suelen empezar a ingerir sólidos hasta el final del periodo de transición, como muy pronto. Su sentido del olfato estará completamente desarrollado a las 3 semanas de edad.
Socialización
La socialización está estrechamente relacionada con el desarrollo neurológico y físico del gatito y es un proceso que no se limita a la etapa de crecimiento, sino que continúa durante toda la vida del gato. La forma en la que se socializa el gatito puede influir en la forma en la que interaccionará con otros individuos cuando sea un gato adulto. Se cree que el periodo de socialización abarca desde las 3 hasta las 7 semanas de edad, aunque algunos autores sugieren que podría durar hasta las 9 semanas. Esto podría suponer una diferencia importante respecto al perro, ya que el periodo de socialización del gatito parece terminar antes, pero se ha sugerido que esto no siempre es así, ya que el juego social de los gatitos alcanza su punto máximo entre las 9 y las 14 semanas de edad. También se cree que la duración de este periodo varía según el individuo, la raza y factores relacionados con la experiencia. Durante este periodo, el gatito se vuelve más independiente y suele ser cuando se incorpora a su nuevo hogar.
Periodo juvenil
Se considera que el periodo juvenil empieza en torno a las 9 semanas de edad y termina con la madurez sexual (entre los 4 y los 10 meses). Aunque los patrones básicos de comportamiento no cambian durante este periodo, las habilidades motoras y la coordinación mejoran gradualmente y los gatitos son cada vez más independientes. Este periodo se asocia con la preparación para la dispersión y también es cuando los gatitos se vuelven totalmente independientes para satisfacer sus necesidades alimentarias. Aunque el juego y la exploración de objetos inanimados, así como el juego locomotor, se intensifican en torno a las 7 u 8 semanas de edad, el máximo se alcanza a las 18 semanas. El juego social es más frecuente entre las 4 y las 14 semanas de edad y empezará a adquirir características de depredación durante el tercer mes de vida. El juego con objetos puede ser social o solitario y puede consistir en dar zarpazos, acechar, saltar, morder los objetos y agarrarlos con las patas. Este tipo de juego simula diversas características de la secuencia depredadora.
Periodo adulto
Se considera que el periodo juvenil termina con la pubertad, es decir, momento en el que el gato se puede reproducir sexualmente, dando paso al periodo adulto que se alargará hasta el final de la vida. En las gatas, los primeros signos de celo pueden aparecer entre los 3,5 y los 12 meses de edad, aunque lo más frecuente es entre los 5 y los 9 meses de edad, estando implicados diversos factores. Las razas orientales suelen ser más precoces, estando sexualmente receptivas antes que otras razas. Existen varios factores del entorno que contribuyen a la aparición de los primeros signos de celo, como haber nacido a principios de la primavera, la exposición a machos maduros, la presencia de otras gatas en celo o estar en la época del año en la que se alargan las horas de luz al día.
La madurez sexual no equivale a la madurez social. Este último término se refiere al desarrollo del comportamiento social adulto y a las interacciones con otros gatos, junto con el comportamiento de defensa del territorio. Se cree que el gato alcanza la madurez social más tarde que el perro, entre los 36 y los 48 meses de edad, ya que el gato tiene que desarrollarse física y mentalmente lo suficientemente bien como para desenvolverse en la sociedad adulta.
Periodo Sénior
Por último, recientemente se está prestando más atención al periodo “sénior” de la vida del gato. Aunque hasta ahora se han realizado relativamente pocas investigaciones sobre los cambios de comportamiento asociados al envejecimiento en el gato, en la práctica dichos cambios son ampliamente conocidos. Se han reconocido cambios de comportamiento en el gato de edad avanzada y parece que también se produce una disminución de la capacidad mental a medida que el gato envejece. Actualmente se están realizando muchos estudios sobre la cognición felina y sobre el deterioro cognitivo en el gato de edad avanzada.