Los perros han sido compañeros inseparables del ser humano durante milenios, y uno de los aspectos más cautivadores de nuestra relación con ellos es su mirada. Aquellos que convivimos con estos animales sabemos que buscan activamente el contacto visual con nosotros, algo que no suelen hacer entre ellos mismos.
Sin embargo, esta peculiaridad ha intrigado a científicos y expertos en comportamiento animal, quienes han dedicado años de investigación para comprender por qué la mirada de nuestros amigos caninos resulta tan irresistible y efectiva en la comunicación entre especies.
¿Por qué la mirada de tu perro es irresistible?
En este sentido, los expertos han descubierto que los perros han desarrollado un complejo sistema muscular facial, conocido como AU101, que les permite manipular su expresión de una manera única. Este sistema incluye músculos que levantan la ceja interna y tiran de los párpados hacia las orejas, creando esa mirada de "ojitos tristes" que nos resulta tan difícil de resistir.
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Pero hay más; cuando los perros y los humanos cruzan miradas, ambos experimentan un aumento en la producción de oxitocina, la llamada "hormona del amor". Esta sustancia juega un papel crucial en el establecimiento y fortalecimiento de lazos emocionales, no solo entre humanos, sino también en la relación humano-perro. Este fenómeno químico explica, en parte, por qué nos sentimos tan conectados emocionalmente con nuestros compañeros caninos.
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¿Cómo influye esta conexión visual en nuestra relación cotidiana?
Es importante destacar que la capacidad de los perros para comunicarse a través de la mirada va más allá de simplemente derretirnos el corazón. Se ha convertido en una herramienta poderosa que les permite influir en nuestras decisiones y comportamientos diarios. Es decir, a través de la combinación de contacto visual, lenguaje corporal y vocalizaciones, los perros han aprendido a "entrenarnos" para satisfacer sus necesidades y deseos.
En suma, esta habilidad para la comunicación no verbal es tan efectiva que los perros a menudo consiguen que ajustemos nuestros horarios, cambiemos sus rutinas de alimentación o los llevemos a sus lugares favoritos para pasear.