Los perros, esos compañeros peludos que nos llenan de ternura y lealtad, también atraviesan una etapa turbulenta similar a la de los humanos: la adolescencia. Entre los 6 y 18 meses de edad, nuestros adorables cachorros pueden transformarse en pequeños rebeldes, desafiando nuestra paciencia y poniendo a prueba nuestras habilidades como dueños.
Señales de que tienes un perro adolescente
Energía desbordante: Prepárate para maratones de juegos, saltos y carreras. La energía de un perro adolescente es comparable a la de un niño hiperactivo, lo que puede ser agotador para los humanos que no están preparados.
Desobediencia: Olvídate de las órdenes que tu perro obedecía a la perfección. La testarudez se apodera de ellos en esta etapa, ignorando comandos y desafiando tu autoridad.
Te podría interesar
Exploración: El mundo se convierte en un lugar fascinante para un perro adolescente. Olfatear, investigar y descubrir cada rincón son sus prioridades, lo que puede llevarlo a meterse en problemas.
Mordiscos y destrozos: Dientes nuevos y aburrimiento son una combinación peligrosa. Los objetos del hogar pueden sufrir las consecuencias de la necesidad de masticar del perro.
Te podría interesar
Cambios hormonales: Si no está esterilizado o castrado, las hormonas alterarán su comportamiento. Territorialidad, marcaje con orina e interés en otros perros son algunos ejemplos.
Consejos para sobrellevar la etapa
- Paciencia: La clave para superar esta fase es la paciencia. Recuerda que es una etapa temporal y tu perro volverá a ser el mismo de antes.
- Consistencia: Mantén las reglas y la disciplina. No cedas ante las demandas de tu perro adolescente, ya que esto solo reforzará su comportamiento rebelde.
- Entrenamiento: Continúa con el entrenamiento de obediencia, utilizando el refuerzo positivo como herramienta principal. Recompensa las buenas conductas y no castigues las malas.
- Ejercicio: La actividad física es fundamental para canalizar la energía desbordante del perro. Dedica tiempo a jugar con él, sacarlo a pasear y realizar actividades que lo cansen física y mentalmente.
- Socialización: Exponlo a diferentes personas, animales, lugares y situaciones para que aprenda a comportarse adecuadamente en cualquier contexto.
- Supervisión: No pierdas de vista a tu perro adolescente para evitar que cause daños en el hogar o se exponga a situaciones peligrosas.
- Ayuda profesional: Si te sientes abrumado por la situación, no dudes en consultar con un entrenador canino o un especialista en comportamiento animal.
La adolescencia canina, aunque desafiante, es una etapa natural que con paciencia, cariño y las estrategias adecuadas puede superarse con éxito. Recuerda que tu perro no es un ser malvado, simplemente está atravesando una fase de cambios que necesita tu comprensión y apoyo. Al final de la tormenta, tendrás un perro adulto equilibrado y feliz.