La presencia de manadas enteras de jabalíes en las calles de Roma se convirtió en una emergencia que ningún alcalde consiguió solventar y que preocupa cada vez más a sus ciudadanos.
Esta situación planteó "un toque de queda nocturno" para evitar a los animales, ante la ineficacia demostrada por las autoridades.
Manadas de jabalíes en las calles
Este grave problema, se remonta a hace menos de una década pero cobró protagonismo durante la pandemia, debido a la ausencia de gente en las calles de la capital y aumentó la entrada de jabalíes hasta llegar a los varios centenares
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Sin que haya una cifra exacta, los animales se pueden ver actualmente en varias zonas de la ciudad.
“Roma es uno de los centros urbanos que en los últimos siete u ocho años ha registrado el aumento más importante hasta convertirse en la ciudad más crítica a nivel nacional, junto a Génova y Trieste (norte)”, explicó Andrea Monaco, del estatal Instituto Superior para la Protección y la Investigación del Medioambiente (ISPRA).
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Avistar una pareja de jabalíes se ha vuelto una rutina diaria para los romanos, como demuestran la multitud de vídeos que circulan por redes sociales de estos animales salvajes paseando entre coches y transeúntes, sin verse expuestos a la caza u otros depredadores y con alimento disponible en los contenedores rebosantes de basura.
Ataques de jabalíes
Según el doctor Monaco, aunque estos mamíferos pueden parecer tranquilos, su presencia en la ciudad supone un grave peligro porque pueden provocar accidentes de tráfico y atacar a personas y mascotas.
De hecho, varios residentes del barrio de Aurelio, en el norte de Roma y colindante con el Vaticano, declararon un "toque de queda nocturno" tras el ataque sufrido por una vecina por una hembra que se encontraba con sus pequeños y que, pese a no tener consecuencias graves, alarmó a todos.
Uno de los principales motivos de la entrada masiva de jabalíes en Roma es la peculiaridad de la ciudad, cuyos 1.285 kilómetros cuadrados están completamente rodeados por grandes áreas agrícolas y espacios verdes, en muchos casos sin apenas mantenimiento.
Estos espacios propician la llegada de los animales, atraídos principalmente por la disponibilidad de comida que encuentran en los contenedores, repletos de basura debido a la mala gestión crónica de los residuos.