Con el avance de la tecnología cada vez hay más variedad de artículos eléctricos sin importar si se trata de electrodomésticos, autos o incluso motocicletas. En el caso de estas últimas, se ha vuelto común verlas en lugares como el centro de la CDMX al lado de las infaltables de gasolina. Por esa razón aquí realizamos un análisis acerca de cuál puede ser más conveniente de acuerdo a las necesidades de cada persona en el año 2025.
Comencemos con las motocicletas eléctricas, las cuales van en ascenso en los años recientes por cualidades como ser compactas y caber en casi cualquier rincón. Entre los beneficios de tener este artículo aparece la contribución al medio ambiente gracias a las cero emisiones, las cuales son bienvenidas en un planeta donde la combustión genera niveles elevados de contaminación en ciudades grandes como la CDMX.
También ayudan a la economía al no requerir de un constante llenado de un tanque de gasolina, si el planeta agradece el evitar combustión, tu cartera también se verá beneficiada por el ahorro de dinero. A mucha gente le molesta el escándalo que provocan en las calles las que requieren combustible y uno de los grandes puntos a favor de las eléctricas es caracterizarse por no hacer ruido.
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Las motocicletas de gasolina se han vuelto una alternativa económica para quienes desean un transporte propio y ven complicado adquirir un carro. Entre sus ventajas se encuentra mayor autonomía, usualmente pueden recorrer sin parar una distancia superior a diferencia de las eléctricas. Por si fuera poco, llenar el tanque sólo te tomará una escala de un par de minutos en la gasolinera en lugar de esperar horas a que su batería esté al 100 por ciento.
¿Cuál moto conviene más?
Si tu objetivo es tener una motocicleta de uso cotidiano para recorrer largas distancias y entrar a avenidas importantes o autopistas, entonces las de gasolina lucen como la mejor elección. Por otra parte, si vas a utilizar tu transporte para viajes cortos y deseas ayudar al medioambiente, entonces una eléctrica le caerá bien a tu rutina. Antes de tomar una elección define tus prioridades, evalúa precios y ¡a rodar!
