Cortar cebolla sin derramar una sola lágrima parece imposible, pero un reciente hallazgo respaldado por la ciencia promete cambiar esa idea. Este sencillo truco, que ya circula entre quienes aman cocinar sin sufrir en el intento, podría volverse tu mejor aliado en la cocina. No se trata de lentes especiales ni de rituales complicados, sino de una acción rápida y fácil que cualquiera puede aplicar.
Estas técnicas, al parecer, no solo funcionan, sino que tienen fundamentos científicos que las respaldan. Con estos métodos, ya no tendrás que aguantar la incomodidad ni evitar recetas por miedo a llorar. Pues, aunque parezca increíble, basta con un par de pasos previos antes de comenzar a picar la cebolla para olvidarte del ardor en los ojos.
¿Qué provoca llorar al cortar cebolla?
Cortar una cebolla puede parecer una tarea sencilla, pero en cuanto el cuchillo hace el primer corte, nuestros ojos empiezan a llorar. Esto se debe a una respuesta física, ya que al romper las células de la cebolla, liberamos sustancias que estaban separadas en su interior y que, al encontrarse, generan un gas irritante.
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Ese gas se eleva en el aire y llega rápidamente a los ojos, donde se mezcla con la humedad natural que los protege. En ese momento comienza la molestia y un ardor leve que se intensifica hasta provocar un lagrimeo difícil de controlar. Es una forma en que el cuerpo trata de defenderse y expulsar lo que le está haciendo daño.
Aunque se ha investigado mucho sobre esta reacción, todavía hay detalles que no están del todo claros. Lo que sí se sabe es que este proceso tiene que ver con la química natural de la cebolla y con cómo reacciona nuestro cuerpo ante ciertos compuestos volátiles. Por eso, cada vez que la cortamos sin protección, es casi seguro que terminemos con lágrimas corriendo por el rostro.
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Trucos sencillos para cortar cebolla sin lágrimas
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Enfríala antes de usarla
Meter la cebolla al refrigerador unos 10 o 15 minutos antes de cortarla puede hacer una gran diferencia. Al estar más fría, libera menos gases irritantes, lo que evita que estos suban rápidamente hacia tus ojos. Este es un método fácil y que no requiere habilidades especiales en la cocina.
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Utiliza un cuchillo bien afilado
Cuando tu cuchillo está en buenas condiciones, el corte es más limpio y preciso. Esto significa que se rompen menos células de la cebolla y se liberan menos sustancias que causan irritación. Un cuchillo desafilado, por el contrario, aplasta y genera más de esos compuestos que tanto molestan.
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Córtala bajo un chorro de agua
Si colocas la cebolla bajo un chorro de agua o la cortas dentro de un recipiente con agua, los vapores que causan lágrimas se disuelven antes de llegar a tus ojos. Esta técnica es algo incómoda al principio, pero funciona bastante bien cuando necesitas picar varias cebollas de una sola vez.
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Recurre a un procesador de alimentos
Si tienes uno en casa, usarlo puede ser tu mejor aliado. Al evitar el contacto directo con la cebolla, disminuyes la exposición al gas que irrita los ojos. Además, es una forma rápida y práctica de picar grandes cantidades sin sufrir en el intento.