Si estás buscando una forma natural, vistosa y elegante de transformar tus muros en un auténtico jardín vertical, la clemátide es esa joya botánica que estabas esperando.
Esta planta trepadora es resistente, fácil de mantener y regala una floración espectacular que hará que cualquiera se detenga a mirar tu fachada o jardín. Lo mejor es que se adapta a distintos climas y estilos de decoración exterior.
Todo lo que debes saber de la clemátide
La clemátide, cuyo nombre científico es Clematis, pertenece a la familia de las Ranunculáceas y cuenta con más de 200 especies silvestres y al menos 400 cultivares, según datos de iNaturalist México.
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Esto significa que hay una gran variedad de formas, tamaños y colores para elegir, desde las que lucen como delicados arbustos hasta aquellas que trepan con fuerza formando auténticas cortinas verdes y floridas.
Es originaria de regiones templadas de ambos hemisferios y su verdadero atractivo está en las flores. Aunque técnicamente no tienen pétalos vistosos, sus sépalos cumplen esa función ornamental con una gama que va del blanco puro a los violetas profundos, pasando por rosados y azules intensos. Dependiendo de la variedad, puede florecer en primavera, verano o incluso en otoño.
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Una ventaja práctica es que esta planta ama el sol, pero prefiere que sus raíces estén protegidas del calor. Por eso, los expertos recomiendan plantarla en un lugar donde la base quede a la sombra y las ramas puedan recibir buena luz solar. Otro punto a favor es que se adapta muy bien a estructuras como muros, pérgolas, rejas o arcos, lo que la convierte en una opción perfecta para decorar cualquier rincón vertical de la casa.
A pesar de ser una planta hermosa, la clemátide tiene un lado tóxico. Sus tallos y hojas contienen compuestos que pueden irritar la piel, así que lo ideal es manipularla con guantes, especialmente al podarla. Aun con esta precaución, muchas culturas antiguas le atribuyeron usos medicinales, como tratamiento para migrañas o problemas en la piel.
Es así como la clemátide puede embellecer tus paredes, así como conectarte con la naturaleza de forma creativa y armónica.
