El doctor Or Graur, astrofísico de la Universidad de Portsmouth, ha analizado minuciosamente 125 representaciones de Nut, la diosa egipcia del cielo, encontradas en más de 500 ataúdes antiguos. Su investigación, publicada en el Journal of Astronomical History and Heritage, combina astronomía moderna con egiptología, en un intento por descifrar si Nut fue una representación ancestral de la Vía Láctea.
¿Qué vieron los egipcios en el cielo?
En las representaciones tradicionales, Nut aparece como una mujer desnuda, arqueada sobre la tierra, cubierta de estrellas o discos solares. En la mitología, ella absorbe al sol cada noche para devolverlo al amanecer, una imagen poderosa del ciclo cósmico diario.
Sin embargo, una de estas representaciones llama poderosamente la atención: en el ataúd de Nesitaudjatakhet, una cantora del dios Amón-Ra, una curva negra ondulante atraviesa el cuerpo de Nut, desde los pies hasta los dedos, flanqueada por estrellas. Para el Dr. Graur, esta figura no es decorativa: “Podría ser una visualización estilizada de la Gran Grieta, esa franja oscura de polvo que divide la luz de la Vía Láctea”.
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Curvas similares aparecen en los techos de tumbas del Valle de los Reyes, como la de Ramsés VI, donde Nut se representa dos veces, separada por gruesas líneas doradas. Estos elementos visuales refuerzan la idea de que los egipcios observaron con detenimiento el cielo y lo plasmaron con notable precisión simbólica.
El legado de Nut, entre estrellas y mitos
Aunque su investigación visual es contundente, el Dr. Graur matiza: Nut no es la Vía Láctea, pero sí puede estar íntimamente relacionada con ella. En un estudio anterior (abril de 2024), propuso que, dependiendo de la estación, la Vía Láctea podría trazar los brazos o la columna de Nut en el cielo, resaltando su papel como personificación del firmamento.
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El trabajo de Or Graur no solo ilumina las prácticas simbólicas de los egipcios, sino que abre una ventana a cómo distintas culturas han interpretado los mismos cielos. La figura de Nut, más que una simple diosa, podría ser un mapa estelar disfrazado de mito: un puente entre lo espiritual y lo cósmico.