Un equipo de investigadores ha descubierto evidencia realmente improsionante de que en Troya se consumía vino de forma habitual, tanto en los banquetes de la élite como en la vida cotidiana del pueblo. El hallazgo, publicado en la edición de abril del American Journal of Archaeology, confirma que esta práctica, descrita en la Ilíada, no era exclusiva de las clases nobles, sino que estaba presente en todo el espectro social troyano, ¿por eso nos gustará tanto el vino en la actualidad?
El vino, parte esencial de la vida en Troya
El descubrimiento se basa en el análisis químico de las copas depas (depas amphikypellon), vasijas de arcilla de dos asas utilizadas durante la Edad del Bronce (2500-2000 a.C.). Estas copas, que podían contener entre 0.25.y 1 litro, eran comunes en Troya, pero también se han hallado en otras regiones como el Egeo, Asia Menor y Mesopotamia.
El equipo liderado por el Dr. Stephan Blum, de la Universidad de Tubinga, detectó residuos de vino en copas encontradas tanto en la ciudadela como en asentamientos exteriores. Esto indica que no solo la élite, sino también la gente común, disfrutaba de esta bebida, considerada un lujo en la época.
Te podría interesar
Análisis químico que confirma la teoría
Para verificar la presencia de vino, los científicos pulverizaron fragmentos de copas, incluidas algunas pertenecientes al tesoro del arqueólogo Heinrich Schliemann, quien descubrió la ciudad en el siglo XIX.
El proceso incluyó la aplicación de cromatografía de gases (GC) y espectrometría de masas (GC-MS), técnicas que permitieron identificar la presencia de ácidos succínico y pirúvico, compuestos que solo se generan durante la fermentación del mosto de uva.
Te podría interesar
"Estos resultados confirman que las copas depas no solo contenían mosto, sino vino fermentado", explicó Maxime Rageot, investigador de la Universidad de Bonn.
Aunque históricamente se creía que el vino en la Edad del Bronce era exclusivo para la nobleza, este estudio desmiente esa idea. Los investigadores comprobaron que las copas encontradas fuera de la ciudadela, en áreas habitadas por clases bajas, también contenían residuos de vino.
"Esto demuestra que el vino no era solo un símbolo de estatus, sino una bebida de consumo regular para todos los troyanos", destacó Blum.
Con estos nuevos datos, la historia de Troya se enriquece, mostrando que su cultura era más sofisticada y su sociedad más equitativa en el acceso a ciertos placeres, como el vino, de lo que se creía./Con información de EuropaPress.
