La seguridad del espacio aéreo internacional volvió a estar en el centro del debate tras revelarse que la explosión de la nave experimental Starship de SpaceX, ocurrida el pasado mes de enero, puso en riesgo real a diversas aeronaves comerciales.
Según un reporte de The Wall Street Journal (WSJ) basado en documentos de la Administración Federal de Aviación (FAA), fragmentos incandescentes cayeron durante casi una hora sobre rutas de vuelo activas en el Caribe.
Foto: Europa Press
Un riesgo extremo para la aviación comercial
Durante la séptima prueba de vuelo, la nave experimental Starship de SpaceX sufrió un “desmontaje rápido no programado” apenas ocho minutos después del despegue desde Texas. Este incidente generó una lluvia de fragmentos que amenazó a aviones de pasajeros con más de 450 personas a bordo.
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Uno de los casos más críticos fue el de un avión de JetBlue que se dirigía a Puerto Rico. La tripulación tuvo que decidir entre atravesar la zona de posible impacto de escombros o arriesgarse a una falta de combustible sobre el mar tras permanecer en un patrón de espera. Asimismo, un vuelo de Iberia y un jet privado declararon emergencias por combustible y cruzaron la zona de exclusión, elevando la carga de trabajo de los controladores aéreos a niveles calificados como un “riesgo de seguridad potencialmente extremo”.
Fallas en la comunicación de SpaceX
El informe del WSJ destaca que la empresa no informó de inmediato a la FAA sobre la explosión a través de la línea directa obligatoria. Las alertas oficiales se activaron cuatro minutos después de perderse la telemetría, y la confirmación total de la desintegración tardó 15 minutos en llegar. En varios casos, los controladores supieron de la emergencia gracias a los avisos de los propios pilotos, quienes observaron restos de la nave experimental Starship de SpaceX desde sus cabinas.
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A pesar de que el propulsor Super Heavy logró una captura exitosa en la torre, la etapa superior experimentó un incendio en la sección de popa. SpaceX atribuyó la falla a una anomalía en el encendido de ascenso y aseguró que implementará acciones correctivas para futuros lanzamientos.
El futuro de Starship y la regulación espacial
El incidente de la nave experimental Starship de SpaceX ocurre en un momento de expansión de la industria, con previsiones de hasta 400 lanzamientos anuales. Aunque la FAA convocó a expertos para evaluar estos riesgos, el panel fue suspendido en agosto pasado, dejando dudas sobre las normativas de seguridad para la próxima versión del cohete, que Elon Musk planea lanzar a principios del próximo año.
Con información de Europa Press y RT.
