El cometa 3I/Atlas sigue dando de qué hablar en el mundo de la astronomía, planteando más preguntas que respuestas entre los especialistas. El comportamiento de este objeto, desde su descubrimiento, ha despertado fascinación y también expectación, ya que su naturaleza ha desafiado las leyes conocidas sobre este tipo de objeto.
Una de las últimas actualizaciones sobre el 3I/Atlas indica que la presunta roca proveniente de las afueras del Sistema Solar se está moviendo a gran velocidad, de acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), lo que ha captado la atención de la comunidad científica. Este aumento de velocidad de manera inesperada es un hecho aún más llamativo si se considera que el cuerpo se aleja del Sol mientras se aproxima a la Tierra.
¿Qué le pasa al cometa 3I/Atlas?
El pasado 29 de octubre, la roca alcanzó el perihelio (su punto más cercano al Sol), lo que la hizo llegar a una velocidad aproximada de 245,000 km/h. La agencia espacial considera que esto ocurrió debido a la fuerza gravitacional del astro rey, que desvió al objeto de su trayectoria inicial y lo empujó a una distancia considerable de la estrella.
De ser un cometa como cualquier otro, el calor del Sol habría provocado que la roca espacial comenzara a derretirse, expulsando grandes cantidades de gas atrapados en su interior. En teoría, esto habría sido lo que causó su desviación. No obstante, el reconocido físico de Harvard Avi Loeb asegura que aún se necesitan más pruebas para determinar si el objeto realmente liberó una cantidad de gas lo suficientemente notable como para confirmar que se trata de un cometa.
Esta es la fecha en la que 3I/Atlas alcanzará su punto más cercano a la Tierra
De acuerdo con el seguimiento y los cálculos realizados sobre el objeto interestelar, su punto más cercano a la Tierra ocurrirá el próximo 19 de diciembre de 2025, a una distancia de aproximadamente 270 millones de kilómetros. Para ponerlo en perspectiva, esto equivale a unas 700 veces la distancia que separa a la Tierra de la Luna, por lo que no representa ningún peligro para el planeta.
Más allá de la proximidad que presentará el cuerpo en el último mes del año, y de que podrá observarse a través de telescopios según los científicos, el cometa ha despertado un gran interés debido a su comportamiento inusual y a las incógnitas que sigue planteando sobre su origen y que en carecen de respuestas.