La misión BepiColombo logró capturar imágenes excepcionales de Mercurio, el planeta más próximo al Sol, además de que realizó su cuarto sobrevuelo cercano, como parte de un total de seis maniobras planificadas.
El proyecto, llevado a cabo por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), permitió capturar imágenes excepcionales del planeta.
Al mismo tiempo, utilizó su gravedad para ajustar la trayectoria de la nave, con el objetivo de entrar en órbita en noviembre de 2026.
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Inicialmente, la llegada estaba prevista para 2025, pero algunos problemas en el sistema de propulsión eléctrica llevaron a modificar el plan, especifica la agencia de noticias Europa Press.
La imagen más clara de Mercurio
El sobrevuelo más cercano ocurrió el 4 de septiembre a las 21:48 UTC, cuando la nave pasó a unos 165 kilómetros de la superficie del planeta, permitiendo obtener por primera vez una imagen clara del polo sur.
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Según Frank Budnik, director de dinámica de vuelo de BepiColombo, la maniobra fue exitosa, ya que ayudó a ajustar la velocidad de la nave en relación con el Sol, acercándola al período orbital del planeta, que es de 88 días.
Además, esta maniobra permitió obtener imágenes únicas y realizar mediciones científicas desde ángulos que no se podrán replicar una vez que la misión alcance su órbita final.
Durante el sobrevuelo, las tres cámaras de monitoreo de BepiColombo capturaron imágenes desde diferentes ángulos.
La nave se aproximó desde el lado oscuro del planeta, y mientras sobrevolaba, la superficie de Mercurio se iba iluminando progresivamente por el Sol.
La cámara M-CAM 2 fue la que capturó las imágenes más detalladas, mientras que la M-CAM 3 registró un cráter recientemente nombrado.
La M-CAM 1, por su parte, continuó capturando imágenes mientras la nave se alejaba.
¿Qué se puede ver en las imágenes?
Minutos después del sobrevuelo, BepiColombo logró observar una enorme cuenca de impacto conocida como "cuenca de anillo de picos".
Estos cráteres, formados por impactos de asteroides o cometas, se caracterizan por un anillo interior de picos elevados.
En las imágenes, destaca el cráter Vivaldi, de 210 kilómetros de ancho, nombrado en honor al compositor italiano Antonio Vivaldi.
Este cráter, visible cerca del amanecer del planeta, muestra un paisaje acentuado por las sombras, con señales de flujos de lava que han alterado su estructura original.
Poco después, apareció otro cráter de 155 kilómetros de diámetro, también una cuenca de anillo de picos.
Este fue recientemente bautizado como cráter Stoddart, en honor a la artista neozelandesa Margaret Olrog Stoddart, conocida por sus pinturas de flores.
Cuencas de Mercurio, un misterio
Según David Rothery, miembro del equipo de imágenes de BepiColombo, las cuencas de los anillos de picos de Mercurio son enigmáticas y aún no se comprende completamente el proceso que las creó, aunque se sospecha que su formación está relacionada con un rebote del material durante los impactos.
Tanto los cráteres Vivaldi como Stoddart muestran signos de haber sido inundados por lava volcánica mucho después de su formación inicial.
Dentro de Stoddart, es visible un pequeño cráter de 16 kilómetros de diámetro, cubierto parcialmente por capas de lava más recientes.
Las cuencas de anillo de picos son uno de los principales objetivos de estudio de BepiColombo cuando comience su misión científica en 2027.
En ese momento, los instrumentos de la nave podrán investigar más a fondo los misterios de Mercurio, el planeta más cercano al Sol, y ayudar a los científicos a comprender mejor su origen y evolución dentro del Sistema Solar. / Con información de Europa Press