Los agujeros negros supermasivos brillan de manera diferente que otros, de acuerdo con los nuevos datos revelados por el retirado Telescopio Espacial Spitzer de la NASA.
Investigadores revisaron imágenes de archivo del telescopio, las cuales muestran corrientes de polvo de miles de años luz de largo que fluyen hacia el agujero negro supermasivo en la galaxia de Andrómeda.
Estas imágenes contribuyen a explicar los hábitos alimenticios de esos monstruos cósmicos.
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¿Qué encontraron los científicos sobre los agujeros negros supermasivos?
Los científicos indican que a medida que estos fenómenos devoran gas y polvo, el material se calienta antes de caer en este, con lo que crea espectáculos de luces increíbles, que en ocasiones emiten más luz que una galaxia entera llena de estrellas.
También se precisó que cuando el material se consume en grupos de diferentes tamaños, el brillo del fenómeno presenta variaciones.
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Un dato a tomar en cuenta es que los agujeros negros que están en el centro de la Vía Láctea y en la vecina Andrómeda, son de los devoradores más silenciosos que se detectaron en el universo.
Esto debido a que según el medidor de luz que emiten, esta es baja y no tiene variaciones significativas, lo que sugiere un consumo pequeño pero constante, en lugar de grandes grupos.
El estudio que se publicó a principios de este 2024, tenía como hipótesis que un agujero negro supermasivo silencioso se alimenta de un flujo constante de gas y la aplicó a la galaxias de Andrómeda.
La agencia internacional Europa Press abundó que con modelos informáticos, los autores simularon la manera en que podrían comportarse con el tiempo el gas y polvo en las proximidades del fenómeno en Andrómeda.
La simulación demostró que se podría formar un pequeño disco de gas caliente cerca del agujero y alimentarlo continuamente; además el disco podría reponerse y mantenerse mediante numerosas corrientes de gas y polvo.
Los investigadores encontraron que las corrientes deben de permanecer dentro de un tamaño y caudal determinados, de lo contrario, la materia caería en grupos irregulares, lo que provocaría más fluctuaciones de luz.
Durante el estudio, los autores compararon los datos del Spitzer y el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, y encontraron espirales de polvo previamente identificados por el telescopio retirado que encajaban en las limitaciones.
"Este es un gran ejemplo de cómo los científicos reexaminan datos de archivo para revelar más sobre la dinámica de las galaxias comparándolos con las últimas simulaciones por computadora", dijo en un comunicado Almudena Prieto, astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias y del Observatorio de la Universidad de Munich, y coautora del estudio publicado este año.
La científica apuntó que los datos de hace 20 años dejan ver cosas que no se reconocieron en su momento, pero ahora se pudieron identificar, respecto a los agujeros negros supermasivos.