¿Te has imaginado cómo lucirá, en el futuro, la Ciudad de México? Desde luego, hablamos de uno de los cuestionamientos más viejos de la historia, pero en estos tiempos donde la tecnología se ha impregnado en casi todos los rincones, pareciera que estas ideas “futuristas” están más cerca de nosotros. Es así que, en esta ocasión, te mostramos cómo luciría el Monumento a la Revolución de acuerdo con la mirada de la Inteligencia Artificial.
Vivimos en una era en la que esta innovación tecnológica, por un lado, no deja de sorprendernos, pero que también ha puesto sobre la mesa debates interesantes sobre su utilidad y sus alcances, hecho que vimos con la reciente huelga de escritores y actores y actrices de Hollywood donde la inteligencia artificial fue uno de los temas centrales de la discusión.
Este sería el Monumento a la Revolución en el futuro, según la Inteligencia Artificial
Al día de hoy, la percepción a nivel mundial sobre la Inteligencia Artificial es mucho más positiva, por lo menos así lo demuestran algunos estudios. De hecho, una encuesta realizada por Ipsos revela que, en México, el 65 por ciento de las personas reconoce el gran potencial que ofrece esta tecnología.
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Ahora, gracias a la Inteligencia Artificial y su potencial podemos darnos una idea más general sobre cómo será la vida en el futuro, tal como ocurre con la siguiente imagen del Monumento a la Revolución, uno de los más icónicos y representativos tanto de la Ciudad de México como de todo el país.
¿Cuál es la historia del Monumento a la Revolución?
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De entrada, hablamos de un importante punto de referencia e, incluso, de reunión para una gran cantidad de mexicanos y mexicanas, un complejo arquitectónico que planeaba competir con el Capitolio de los Estados Unidos.
En el año de 1987, durante el gobierno de Porfirio Díaz, se lanzó una convocatoria con el propósito de construir una nueva y lujosa sede para la Cámara de Diputados y Senadores, esto, además, para conmemorar el centenario del Día de la Independencia, el cual se cumplía en 1910.
Émile Bérnard, un reconocido arquitecto francés, fue el ganador de la convocatoria y, por consecuencia, se convirtió en el encargado de llevar a cabo dicho proyecto que, sin embargo, terminó inconcluso debido al alto costo que representaba y otras catástrofes importantes.
La primera piedra del Monumento a la Revolución fue colocada el 23 de noviembre de 1910, es decir, tres días después del inicio del movimiento de la revolución en México. Para el año de 1912 el proyecto fue suspendido y en 1922, el propio Émile Bérnard buscó retomarlo, pero solo siete años después falleció el arquitecto francés.
En 1933, finalmente, el arquitecto Carlos Obregón Santacilia volvió a retomar el proyecto y fue en 1938 cuando se inauguró.
Hoy por hoy, gracias a la Inteligencia Artificial, podemos ver cómo sería el Monumento a la Revolución en el futuro; ¿te lo habías imaginado así?