Las últimas semanas el país y otras partes del mundo han sido azotadas por una ola de calor que para investigadores es apenas 'un probadita' de lo que viene por el calentamiento global.
Se han presentado en el país, y específicamente en la Ciudad de México, donde se han registrado temperaturas de hasta 34 grados.
Y lo más preocupante es que la perspectiva es que esta situación van a seguir en el corto y largo plazos, advierten los investigadores.
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Francisco Estrada Porrúa, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, señala que el calor tan intenso que se ha vivido en los últimos días, no es inexplicable, pues en ello concurren varios factores.
“Por un lado, tenemos la variabilidad natural, que después de estar tres años en un evento moderado de La Niña, pasamos a condiciones de El Niño, el cual está asociado con este tipo de temperaturas en nuestro país. Por otro, el cambio climático global también aporta a las temperaturas extremas que en el último siglo se han vuelto más probables e intensas”, explicó.
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Sequías y lluvias intensas aumentan
Estrada Porrúa destacó en un estudio reciente de la revista Nature de enero de este año, que el riesgo de eventos extremos de temperatura y lluvia han aumentado severamente en casi todo el mundo.
En algunos lugares el riesgo ha crecido por cinco, y ha sido la mano del hombre (factores antropogénicos) la que ha impulsado en mayor medida estos riesgos.
Señala que no sólo han aumentado las probabilidades de eventos muy calientes, sino también ha pasado algo parecido con las precipitaciones: la probabilidad de que sean extremas se ha multiplicado por tres.
“La mayor parte del incremento se debe al cambio climático antropogénico, que viene de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el cual tiene un vida media en la atmósfera muy larga, que no se ha podido determinar todavía; sin embargo, va entre 50 y 300 años, por lo que, si no logramos bajar sus emisiones, se quedará guardado y continuará ocasionando efectos en el clima por un periodo muy largo”, señala.
Microclimas cálidos
El investigador explica que un de los efectos que se ha presentado recientemente es la presencia de las islas de calor, que se trata de áreas urbanas que experimentan temperaturas más altas que las zonas circundantes rurales debido a la influencia de las actividades humanas y la estructura de las metrópolis.
En este fenómeno, el calor se acumula y se retiene creando microclimas más cálidos, enfatiza el investigador.
Señala que la densidad de la infraestructura de las ciudades, como los edificios altos, las calles asfaltadas y el concreto son los factores que más influyen a formar estas islas, debido a que estos materiales tienen una alta capacidad de absorción y retención de calor, los cuales absorben la radiación solar durante el día y la liberan lentamente en la noche.
A ello se suma otro factor importante para que las temperaturas registren una inusual alza y es la reducción de áreas verdes y espacios abiertos, ya que las zonas urbanas suelen tener menos vegetación en comparación con las rurales, lo que limita la capacidad de enfriamiento natural por medio de la evaporación y la sombra proporcionada por los árboles.
Además, las primeras generan una gran cantidad de calor por medio de actividades humanas, como el uso de vehículos, la industria y la energía utilizada en los edificios.
El especialista recalca que a la variabilidad natural y el calentamiento global se le suma que en ciudades como la CDMX hay otro factor que también interactúa: las islas de calor, que es cuando un paisaje natural se cambia por un paisaje urbano donde no corren los vientos, porque ya se hicieron cañones urbanos con los edificios, porque se amplió la superficie que puede recibir y almacenar la energía que viene del sol para después emitirla.
"En pocas palabras, cambiamos el balance de energía local, el clima, y esto resulta en tres o cuatro grados más de temperatura en el promedio anual”, explica.
'Probadita' de lo que viene
El investigador explico que la presente e inusual ola de calor que se vive en el país y el mundo es un fenómeno que llegó para quedarse e hizo una advertencia.
Estrada Porrúa, señaló que esta ola de calor es apenas una 'probadita' de lo que viene por el calentamiento global y de cómo se puede poner en las próximas décadas, porque en cuanto a cambio climático global, lo que se sabe es que en los próximos 10 o 15 años no tendremos control básicamente de qué es lo que pueda pasar, pues aunque mitiguemos hoy mismo, los próximos lustros ya están determinados en gran medida por las emisiones que ya pusimos en los años anteriores; por tanto, "nos espera un panorama muy complicado”.