La Inteligencia Artificial (IA) está evolucionando a gran velocidad y la demanda de habilidades para utilizar ChatGPT y otros chatbots, sin embargo, un experto destaca que utilizarlos en el ámbito profesional y laboral de manera incorrecta o careciendo de la formación necesaria en el manejo de esta tecnología, entraña algunos riesgos que hay que tener en cuenta.
ChatGPT y Bard son dos de los chatbots más potentes, conocidos y utilizados, pero existen otros sistemas de estas características, total o parcialmente gratuitos, o bien de pago.
Son programas informáticos basados en la Inteligencia Artificial y accesibles a través de Internet, los cuales, permiten mantener una conversación entre un ser humano y una máquina, simulando las respuestas que daría una persona de carne y hueso.
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Diego Dávila, instructor de la plataforma de aprendizaje y enseñanza en línea Udemy destaca que, los chatbots inteligentes pueden reflejar en sus respuestas sesgos (orientaciones desproporcionadas en un sentido determinado) de índole cultural, social o lingüística, basados en los datos con los que fueron entrenados y en la información que el propio sistema ha ido recopilando en internet.
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Los riesgos de la inteligencia Artificial.
ChatGPT es una plataforma pública de código abierto y no se puede garantizar la privacidad de la información compartida en ese ámbito. Por ello es necesario proteger tu privacidad y no compartir detalles como números de tarjetas de crédito, contraseñas u otra información sensible.
Esto significa que “si utilizas ChatGPT para desarrollar contenido para una campaña de marketing, debes asegurarte de no revelar ninguna estrategia confidencial o información sobre productos aún no lanzados al mercado, al interactuar con la IA”; señala Diego Dávila.
La AI no es una fuente
Retomando los sesgos que se mencionaron anteriormente, el experto afirma que ´por eso “es importante verificar cualquier información y no confiar en las respuestas de la IA por defecto”.
Un modelo de IA conversacional aprende de una gran cantidad de texto proveniente de internet, “el cual puede contener sesgos culturales, sociales y lingüísticos”, según el instructor de Udemy.
La IA carece de una brújula ética interna y no tiene la capacidad de comprender los valores morales o evaluar las implicaciones éticas de sus decisiones, y eso incluye a ChatGPT y Google Bard.