Toda persona se ha encontrado en situaciones donde el miedo lo domina, la solución al control de esta emoción se puede encontrar en un fragmento de ADN basura, con ello se podría suprimir los recuerdos relacionados con el miedo en personas que padecen del trastorno de estrés postraumático o fobias, así lo detalla el sitio web de la Universidad de Queensland, en Australia.
Una investigación que es dirigida por el Instituto del Cerebro de Queensland, identificó en ratones un gen que antes era desconocido, este se encarga de controlar la respuesta del genoma a las experiencias traumáticas.
Además, se encontró en uno de los tramos del material génico que los expertos consideraban no funcionales.
¿Para qué sirve el ADN basura?
De acuerdo con Timothy Bredy, profesor asociado, hasta hace poco tiempo los científicos pensaban que la mayoría de nuestros genes estaban compuestos de ADN basura, que esencialmente no hacía nada.
“Cuando los investigadores comenzaron a explorar estas regiones, se dieron cuenta de que la mayor parte del genoma está activa y transcrita” detalló el profesor.
Con base a la secuenciación genómica y con uso de una nueva técnica permitió al equipo identificar 433 ácidos ribonucleicos o ARN largos no codificantes en regiones que han sido poco estudiadas.
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Dichas moléculas no codifican ninguna proteína, pero, tienen otras funcionalidades como conducir proteínas especiales que expresan el gen ya conocido Nr4a2, cuya función es suprimir la memoria del miedo adquirido, este gen fue denominado por el equipo de investigadores como ADRAM, además de ser un gran paso para saber cómo controlar el miedo.
En el estudio la relación entre el miedo y los genes se puso a prueba en un modelo animal donde se le aplicaba un estímulo eléctrico a los ratones, este estímulo no generaba dolor, pero sí molestias.
Posterior a un entrenamiento, la señal de luz o de sonido que acompañaba la descarga, se asociaba en el cerebro de los roedores con esta situación molesta que les causaba la electricidad.
Este nuevo descubrimiento de una molécula de ADN basura, abre el camino a los genetistas para desarrollar herramientas que permitan controlar el miedo en el cerebro, además de desarrollar una nueva terapia para el trastorno de estrés postraumático y las fobias.
Con información de RT.