Un equipo internacional de científicos ha creado un perro robot que tiene la capacidad de usar habilidades aprendidas previamente para responder y adaptarse a situaciones nuevas. Está siendo entrenado de modo similar al que se utiliza para enseñar a los niños a jugar al futbol.
En los jardines del campus de la Universidad de Edimburgo (UoE), en Escocia, Reino Unido, se puede observar algunos días un curioso espectáculo que despierta cierto grado de compasión en los espectadores: un científico "molestando" reiteradamente y de distintas maneras a un perro robótico para que pierda la estabilidad sobre sus patas, derribándolo.
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El científico empuja fuertemente con el pie o con un palo, arrastra, e incluso patea "sin piedad", al cuadrúpedo robótico, sobre distintos tipos de terrenos sobre los que, de por sí, el "animal" tiene dificultades para desplazarse, haciendo que caiga aparatosamente.
Pero la máquina, que despierta la simpatía y el instinto protector de algunos observadores, impulsándolos a intervenir para ayudarla y que dejen de "atacarla", vuelve a incorporarse sobre sus cuatro patas con movimientos decididos, rápidos y sincronizados, sin pérdida de tiempo, una y otra vez.
El científico aparentemente "cruel", pero que en realidad tiene buenas intenciones, pertenece al equipo del doctor Alex Li, que dirige el Laboratorio de Robótica Inteligente Avanzada, AIR de la UoE.
El perro robótico o \u2018robot dog\u2019, al que hace caer una vez tras otra, se llama \u2018Jue-Ying\u2019 y, en realidad, no está siendo fastidiado, sino entrenado utilizando herramientas de Inteligencia Artificial.
¿Cuál es el objetivo del invento tecnológico?
Los aparentes "ataques" de Li al ‘Robot Dog‘ son una de las investigaciones de AIR destinadas a inventar nuevas tecnologías para producir comportamientos inteligentes en diferentes sistemas robóticos y que adquieran habilidades comparables a las de los seres humanos, como moverse, manipular y agarrar.
"Estamos interesados en que los robots sean capaces de tener movimientos, habilidades e interacciones físicas. Que sean hábiles, ágiles, atléticos y bien coordinados, aplicando teorías de control, optimización y aprendizaje automáticos", señala Li.
En colaboración con la Universidad de Zhejiang, ZJU, en China, el perro robot \u2018Jue-Ying\u2019, forma parte de un trabajo que busca garantizar la resiliencia de los robots autónomos, según la universidad escocesa.
\u2018Arquitectura de aprendizaje de múltiples expertos (MELA)\u2019
Para hacer más resiliente al cuadrúpedo robótico, los investigadores lo han dotado de una innovadora tecnología informática denominada \u2018arquitectura de aprendizaje de múltiples expertos\u2019 (MELA, por sus siglas en inglés).
"La MELA permite a los robots crear nuevas funciones a partir de un grupo de habilidades representativas que se les han enseñado previamente. Esta tecnología ofrece una nueva visión de los robots en la que se los considera totalmente independientes y en la que, los humanos, no tendrían que interceder cuando una de estas máquinas se enfrenta a un obstáculo nuevo o inesperado", según el doctor Li.
El aprendizaje MELA combina unos modelos computacionales denominados \u2018redes neuronales profundas\u2019 (DNNs, en inglés) de modo que el sistema resultante es "más que la suma de sus partes, siendo capaz de aprender nuevas habilidades, que ninguno de los DNNs poseía individualmente", afirma Li.
Las DNNs del proceso de aprendizaje MELA funcionan de una manera similar a un equipo de fútbol, según Li, explicando que un grupo de estas redes funcionan como \u2018los jugadores\u2019 y otra red trabaja como si fuera \u2018el entrenador\u2019.
El doctor Li ha comparado el modo en que funciona esta aplicación de la Inteligencia Artificial a la robótica con la manera en la que se enseña a los niños pequeños a jugar al fútbol.
A \u2018Jue-Ying\u2019 se le enseñó primero las habilidades de recuperarse de caídas y trotar y caminar, que sirvieron de base al sistema MELA para crear otras nuevas destrezas, como levantarse desde diferentes posiciones, caminar hacia un objetivo, desplazarse por escaleras o superficies rocosas y hacer ajustes rapidísimos de su posición para mantenerse erguido y continuar avanzando, tras caer o perder el equilibrio.
El perro robot, fue sometido a distintas "perturbaciones de contrapeso" (patadas, empujones, arrastres) en una variedad de terrenos donde nunca había funcionado y, gracias a esas habilidades y a los movimientos adaptativos que generó su MELA, pudo reaccionar con éxito y superar situaciones imprevisibles.