Un pequeño asteroide del tamaño de un refrigerador podría impactar contra la atmósfera terrestre el 2 de noviembre, la víspera de las elecciones en Estados Unidos, aunque si así ocurriera lo más probable es que se desintegrara sin llegar a causar daños, según el divulgador científico Neil deGrasse Tyson.
La NASA estima que la probabilidad de que el asteroide 2018VP1, de la clase Apolo, impacte contra la Tierra en su aproximación más cercana el 2 de noviembre es del 0,41%.
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“El asteroide no es tan grande como para impactar con éxito en la superficie de la Tierra. A la velocidad que va, a más de 40 mil 555 kilómetros por hora es como impactar de frente contra un muro”, explicó esta mañana de Grasse Tyson.
The “rubble-pile” asteroid Bennu is covered in rocky debris, and is over 4.5 billion years old — but might harbor hints about the origins of life on Earth. 10 things to know before our @OSIRISREx spacecraft goes #ToBennuAndBack to collect a sample Oct. 20: https://t.co/zJVbH4KSy5 pic.twitter.com/UNKc8s2iia
— NASA (@NASA) October 18, 2020
Si el asteroide impactara sería visible cerca del punto de entrada (en la atmósfera), incluso durante el día, pero no “interrumpiría nuestra civilización”, añadió el astrofísico.
“Si el mundo se acaba en 2020, no podrán culpar al universo”, bromeó.
La última vez que este asteroide fue observado fue en noviembre de 2018, por lo que existe una gran incertidumbre sobre su trayectoria, que se calcula que lo más probable es que pase a medio millón de kilómetros de distancia de la Tierra.
La NASA reiteró en agosto que no hay peligro con la llegada de este asteroide el día antes de que se celebren las elecciones en EEUU: “es muy pequeño, aproximadamente 2 metros, y no supone un amenaza para la Tierra. Si entrara en la atmósfera se desintegraría en muy pequeñas partes”.
La NASA, a petición del Congreso de EEUU, ha creado un programa para detectar, en lo posible, el 90% de los asteroides con órbitas cercanas a la Tierra con un diámetro superior a 140 metros.