Carlos Cordero Macedo, investigador del Instituto de Ecolog\ía de la Universidad Nacional Aut\ónoma de M\éxico (UNAM) se\ñal\ó en un comunicado que en la migraci\ón previa al invierno, que va del sureste de Canad\á y el noreste de Estados Unidos, al centro de M\éxico, est\á involucrada m\ás de 90 por ciento de la poblaci\ón total de esas mariposas.
Afirm\ó que este proceso es importante porque en el trayecto, de m\ás de cinco mil kil\ómetros, realizan una funci\ón polinizadora fundamental y a\ principios de la primavera emprenden su viaje de regreso al norte del continente.
"Es un espect\áculo natural impresionante. En t\érminos pr\ácticos, uno de los principales beneficios de los viajes peri\ódicos y masivos de estos insectos son los recursos econ\ómicos que proporcionan a las comunidades, en donde se les muestra como un atractivo ecotur\ístico", dijo.
Desde el punto de vista cient\ífico, la migraci\ón masiva es especial, y ser\ía una gran tragedia ecol\ógica que se perdiera debido a las actividades humanas: tala de los bosques a donde llegan, o la desaparici\ón de las plantas de las que se alimentan, expuso.
En M\éxico, aunque durante su recorrido atraviesan buena parte del territorio, la mayor\ía llega al Estado de M\éxico y Michoac\án, donde tienen sus santuarios.
Hay bosques similares en otras entidades, pero se cree que llegan a estos sitios porque ah\í tanto las Monarcas como sus larvas encuentran una de sus principales fuentes de alimentaci\ón: la planta algodoncillo (Asclepias spp), explic\ó.
De acuerdo con datos del Reporte de Monitoreo de la Mariposa Monarca en M\éxico 2018-2019, durante la segunda mitad de diciembre de 2018 se registraron 13 colonias (siete en Michoac\án y seis en el Estado de M\éxico), y el 24 de enero de 2019 se registr\ó por primera ocasi\ón la colonia del Ojo de Agua, en el \Área de Protecci\ón de Flora y Fauna Nevado de Toluca, inform\ó.
Pero no todas las Monarca migran, hay poblaciones que residen en ambientes m\ás benignos, donde les es posible mantenerse todo el a\ño sin necesidad de moverse.
Las que migran pasan el invierno en M\éxico, se aparean y parten de regreso cuando empieza la primavera; ponen sus huevos sobre las plantas que sirven de alimento a sus larvas, y mueren poco despu\és en el camino de regreso al norte.
"Las que retornan a Estados Unidos y Canad\á son sus descendientes, que durante el oto\ño iniciar\án nuevamente la migraci\ón hacia el sur. Son insectos muy longevos, viven entre seis y siete meses, y algunos llegan hasta los nueve meses", mencion\ó.
Su migraci\ón anual depende, en gran medida, de los gobiernos de M\éxico, Canad\á y Estados Unidos. "Los tres tienen que establecer un plan para conservar los bosques a donde llegan y las plantas de las que se alimentan en su trayecto", expuso Cordero Macedo.
Abund\ó que es necesario tomar conciencia de que el mejor escenario migratorio para las Monarca puede cambiar de un a\ño a otro.
"Si se arrasa con miles de hect\áreas para sembrar, la vegetaci\ón que estaba en esos bosques se destruir\ía y al a\ño siguiente lo \único que encontrar\ían las mariposas ser\ían campos de trigo, lo que puede significar la muerte de muchas, pues se ver\án en la necesidad de cruzar m\ás zonas hasta encontrar alimento", a\ñadi\ó.