Con el apoyo de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), científicos de seis instituciones nacionales desarrollan tecnologías para comunicación óptica satelital.
Arturo Arvizu Mondragón, especialista del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) y coordinador del proyecto, dijo que cuentan con la infraestructura electrónica, óptica y mecánica en laboratorio para desarrollar el proyecto.
Informó que realizan un primer exprimento: comunicar por medio de láseres con un receptor y un transmisor, instalados en el Observatorio Astronómico Nacional Sierra de San Pedro Mártir y en San Felipe, Baja California.
Se ha logrado entablar comunicación con el receptor y transmisor a 54 kilómetros de distancia y 2.5 kilómetros de diferencia de altura entre ambos puntos, lo que genera un problema de turbulencia óptica, una de las principales dificultades en el campo de las comunicaciones ópticas cuánticas.
Arvizu Mondragón apuntó que a través de los experimentos se van definiendo las necesidades para la comunicación con un satélite de órbita baja, que conlleva distancias de aproximadamente mil kilómetros.
Además de la distancia, los investigadores deberán considerar que el satélite esté en movimiento y que pasará por el mismo punto entre cada siete y 10 minutos, por lo que el equipo e infraestructura deben estar preparados para entablar comunicación con el láser en estas condiciones.
Los expertos consideran una comunicación alterna, como por ejemplo radiofrecuencia, de manera que cuenten con un indicio del momento en que el satélite estará nuevamente en el mismo punto sobre la Tierra.
Una vez establecida la comunicación satelital, la dirección vertical y el incremento de la distancia son factores que se toman en cuenta en la interpretación de los experimentos, señaló.
El plan de actividades es resultado del trabajo que gradualmente ha desarrollado el doctor Arturo Arvizu con estudiantes de posgrado del CICESE, en cuyos experimentos se van incrementando las distancias de los enlaces.
El aumento de las distancias entre receptor y transmisor también incrementa los retos de infraestructura y recurso humano para lograr establecer la comunicación y enviar datos.
De esta manera, el equipo científico pasaron de enlaces de 200 metros a 17 kilómetros de distancia y finalmente hasta los 57 kilómetros, con la colaboración de investigadores de otras instituciones.
Resaltó que una aplicación para este tipo de comunicación en un satélite de órbita baja, puede ser tomar fotografías de la República Mexicana a las que se acceda en tiempo real.
Agregó que “la luz es un medio que permite mandar información más rápido que cualquier otro medio, sería para vaciar la información de las cámaras y hacer experimentos en el área de comunicación cuántica“.
En el proyecto también participan especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma de Baja California, el Instituto Tecnológico de Sonora, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica y la Agencia Espacial Mexicana.