El misterio de cómo es que las aves, logran desplazarse de un lugar a otro, ha dejado de ser un enigma, gracias a varias investigaciones que han sido publicadas, donde se asegura que lo que les ayuda a ver los campos magnéticos es una proteína contenida en sus ojos.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Lund, en Suecia, realizó estudios donde se hicieron mediciones de la presencia de dicha proteína en los ojos y en el cerebro del pájaro diamante mandarín, una especia originaria de Australia. Con este estudio los biólogos trataron de determinar cuál de los criptocromos 1, 2 y 4 es sensible al magnetismo.
Por otro lado el grupo de científicos de la Universidad Carl von Ossietzky de Oldemburgo, también identificaron el mismo resultado pero en la retina del petirrojo europeo, pequeño pájaro migratorio. Aunque en esta ocasión, realizaron una comparación de la medición con gallinas domésticas quienes son aves que no vuelan.
Cryptochromes are cooler than cryptocurrencies. Possibly due to quantum entanglement effects, the Cry4 protein in some birds’ retinas may allow them to see the Earth’s magnetic field https://t.co/hrzA8tkHnF https://t.co/hrzA8tkHnF pic.twitter.com/6NCJPm9HgQ
— David J Klein (@kleinsound) 13 de abril de 2018
Las proteínas investigadas juegan un papel fundamental en las oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo, lo que influye en la hora del día y la estación del año en que se encuentre volando la especie.
Adicionalmente, el ensayo de la Universidad Alemana, reveló que en el pájaro migratorio la presencia de la es más alta en temporada de migraciones y es menor fuera de esta época. Además, confirmó, que esta no estaba presente en la retina de los pollos, corroborando la hipótesis inicial.
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