INER ofrece alternativa que aumenta esperanza de vida en pacientes con cáncer de pulmón 

El cáncer de pulmón en 2015 cobró la vida de alrededor de ocho mil mexicanos, debido a que en sus primeras etapas no genera síntomas. 

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El Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) ofrece un tratamiento alternativo para el cáncer de pulmón, el cual casi triplica la supervivencia de estos pacientes.

Renata Báez Saldaña, jefa del Servicio de Neumología Oncológica de la Institución, señaló que el procedimiento se denomina Terapia Blanco, el cual es apto para tres de cada diez pacientes que tienen esta enfermedad.

La especialista detalló que es un método sin quimioterapia, que involucra la ingesta de fármacos conocidos como inhibidores de Tirosina Cinasa, que se aplica a aquellos pacientes que presentan alguna mutación molecular en el tumor, es por ello que es necesario realizar estudios específicos para determinar a qué personas puede beneficiar.

“Ya son tratamientos individualizados que no son solamente quimioterapia en donde poblaciones seleccionadas son candidatos a tratamientos específicos y que esta supervivencia de entre 9 y 12 meses ya fallecieron la mayoría, la supervivencia se ha incrementado hasta 33 meses, lo cual es muy bueno porque de 9 a 12 meses a 33 es bastante bueno”, comentó.

Báez Saldaña detalló que el cáncer de pulmón en 2015 cobró la vida de alrededor de ocho mil mexicanos, debido a que en sus primeras etapas no genera síntomas sino hasta que la enfermedad está avanzada.

Agregó que tos con flemas, disnea o falta de aire, pérdida de peso y dolor en pecho o espalda, son algunos de los síntomas que caracterizan a este tipo de neoplasia.

En este sentido la jefa del Servicio de Neumología Oncológica del INER resaltó que es fundamental incrementar la detección temprana, pues ello permite acabar con los tumores a través de una cirugía, sin necesidad de otros tratamientos. 

Cabe señalar que el consumo de tabaco es de las causas más comunes a las que se le atribuye el cáncer de pulmón, sin embargo existen otros factores de riesgo como la contaminación ambiental, la exposición al asbesto, radón, sílice y humo de leña, así como susceptibilidad genética.