Un grupo de astrónomos descubrió que algunas de las pequeñas galaxias, las cuales orbitan alrededor de la Vía Láctea, podrían modificar la estructura interna de sus halos de materia oscura en las primeras etapas de su vida.
El fenómeno anterior se daría mediante la energía producida por las explosiones de supernova, planteó la investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Giuseppina Battaglia, y el científico, José R. Bermejo Climent.
De acuerdo con el IAC, se piensa que la mayor parte de la materia del Universo es de tipo no bariónica, posiblemente compuesta por partículas aún no conocidas.
Según la teoría actual, si en la formación y evolución de galaxias sólo influyen las interacciones gravitatorias, estas deberían estar rodeadas por extensos esferoides de partículas de materia oscura siguiendo una distribución concreta.
Sin embargo, la astrofísica Arianna Di Cintio y su colega Chris Brook exponen que se está alcanzando el consenso de que los procesos debidos a la componente bariónica de las galaxias, pueden alterar la distribución de materia oscura, haciéndola menos densa en el centro.
Los cálculos analíticos y simulaciones muestran que, en principio, la energía proveniente de las explosiones de supernovas tipo II, asociadas a la muerte de estrellas masivas, pueden presionar el gas de manera periódica hacia las partes externas.
Lo anterior incitaría a un cambio en el potencial gravitatorio en el centro de las galaxias, para reajustar la distribución de materia oscura, que se haría menos densa en las áreas centrales.
Giuseppina Battaglia y Bermejo Climent, coincidieron en la importancia de cuantificar cómo los procesos relacionados con la muerte de estrellas pueden afectar las propiedades de la distribución de la materia oscura, a fin de poner a prueba las teorías sobre la materia oscura.
Para el desarrollo de este estudio, los autores usaron datos precisos sobre la cantidad de estrellas formadas cuando el Universo tenía una cuarta parte de su edad actual.
“Nuestro Grupo Local nos ofrece la posibilidad de calcular cuántas estrellas han nacido y muerto en la historia de las galaxias que lo componen desde los primeros tiempos, porque podemos estudiar estos sistemas con exquisito detalle gracias a su proximidad”, plantearon Carme Gallart y Matteo Monelli.
Luego de varios cálculos los investigadores concluyeron que, salvo que más del 90 por ciento de esta energía se pierda en forma de radiación, estos procesos pueden inducir cambios en la densidad de los halos de materia oscura de las galaxias analizadas.
“Predecimos que, entre las galaxias enanas que rodean la Vía Láctea, las desviaciones más grandes de la estructura inicial de los halos de materia oscura deberían tener lugar en las galaxias enanas brillantes de Sculptor y Fornax”, sostienen Bermejo-Climent y Battaglia.
El artículo fue hecho en colaboración con investigadores del MPIA, Heidelberg, Alemania, el Centro de Astrofísica Teórica y Cosmología de la Universidad de Zurich, Suiza, el Instituto de Astronomía de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido y el Departamento de Física de la Universidad de Surrey, Reino Unido.