La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explora la posibilidad de crear una red de cooperación para vigilar los volcanes de Centroamérica, reveló hoy el Instituto de Geofísica de la máxima casa de estudios de este país.
“Para dar forma a esta red se requiere el compromiso gubernamental de las naciones, por lo que se está trabajando en ese sentido”, explicó el director del Instituto de Geofísica de la UNAM, Hugo Delgado Granados.
La UNAM ha instalado ya una estación de monitoreo sísmico a casi ocho kilómetros del Volcán de Fuego de Guatemala, que hizo erupción el 3 de junio, dejando al menos 112 muertos, casi 200 desaparecidos, más de 50 heridos y casi dos millones de guatemaltecos damnificados.
Video: Apoyo científico luego de la erupción del Volcán de Fuego / UNAM
La red de cooperación permitiría vigilar otros volcanes de Guatemala, como el Pacaya, el Santiaguito y el Tacanal, también el de San Miguel (El Salvador) y algunos otros en Costa Rica, consideró.
El experto mexicano explicó que la actividad volcánica en el mundo no ha aumentado sino que los modernos sistemas de comunicación permiten conocer más sobre estos colosos.
“Todos los días hacen erupción más de 20, pero solo aquellos que tienen actividad más allá de lo normal son difundidos”, precisó.
Delgado Granados consideró difícil tener una vigilancia permanente en la región porque Guatemala no tiene los especialistas suficientes.
“Tienen cuatro vulcanólogos para vigilar 35 volcanes, de los cuales tres están entre los más activos del mundo”, apuntó.
La estación de la UNAM instalada en las cercanías del Volcán de Fuego se suma a dos que ya están en operación y que también fueron revisadas por los investigadores de la UNAM, Robin Campion y Denis Xavier Francois Legrandm.
Sobre la actividad del Volcán de Fuego, Campion dijo que cada vez son menos, pero su potencia es cada vez mayor, “así que es primordial dar seguimiento al monitoreo en los próximos años”.
Señaló que “es posible que si los tiempos entre erupciones se siguen alargando, la próxima sea más violenta, aunque esta última no alcanzó la magnitud de la registrada en 1974 aunque fue más fuerte que las ocurridas desde que el volcán despertó en 1999, pero por debajo de lo que tiene capacidad de hacer”.