Se corrobora el hallazgo de un cenote a ocho metros debajo de la pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá, que en 2015 informaron científicos de la UNAM y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La prestigiada revista científica Nature Scientific Reports, publicó un artículo sobre el descubrimiento, en el que intervinieron el Instituto de Geofísica (IGf) y la Facultad de Ingeniería (FI) de la Universidad Nacional, y el INAH.
El responsable del proyecto, René Chávez, destacó que este tema es importante por dos aspectos: la parte arqueológica, interesante para los estudiosos de la civilización maya, y la modalidad tridimensional de tomografía de resistividad eléctrica (ERT-3D por sus siglas en inglés), única en el mundo, desarrollada en esta casa de estudios y cuyo registro de autoría intelectual se obtuvo a finales del año pasado.
Muchos investigadores de la UNAM difunden sus trabajos en Nature, pero lo hacen junto con colaboradores extranjeros, y éste es uno de los artículos en donde todos los autores son mexicanos.
Nuevos cuestionamientos se generan a partir de este estudio: ¿por qué una pirámide de ese tamaño se construyó encima de una cavidad?, o si los antiguos mayas sabían que existía. “Eso estaría relacionado con el culto al que estaba dedicado el edificio; mucho de la cosmogonía maya podría cambiar si se hiciera un análisis más detallado”.
Los científicos comentaron que la publicación en Nature es un logro de la Universidad, “el sitio al que pertenecemos y al cual le debemos todo”. Para cualquier investigador del mundo publicar en esta revista es lo máximo. Estamos muy contentos y motivados.