La NASA está en la cuenta regresiva para el aterrizaje el próximo lunes en Marte de la sonda Mars InSight, de 993 millones de dólares, y la primera capaz de escuchar terremotos y de estudiar el funcionamiento interno de otro planeta rocoso.
La nave espacial no tripulada fue lanzada hace casi siete meses y ha recorrido unos 482 millones de kilómetros.
Parte de su misión es informar de los esfuerzos para enviar algún día exploradores humanos al planeta rojo, algo que la NASA espera concretar en la década del 2030.
El aterrizaje en Marte es el primero desde 2012, cuando el explorador Curiosity de la NASA aterrizó en la superficie y analizó las rocas en busca de signos de vida que pudo haber habitado el planeta vecino a la Tierra, ahora gélido y seco.
InSight debe sobrevivir al dificultoso ingreso a la atmósfera del planeta rojo, viajando a una velocidad de 19.800 kilómetros por hora y reduciendo rápidamente la velocidad a solo 8 kilómetros por hora.
La fase de ingreso, descenso y aterrizaje empezará a las 19H47 GMT del lunes. Medio en broma, en la NASA aluden a esa etapa como los “seis minutos y medio de terror”.
De las 43 misiones lanzadas hacia Marte, solo 18 han llegado al planeta rojo, una tasa de éxito de alrededor del 40%, y todos provinieron de Estados Unidos.
“Ir a Marte es muy, muy difícil”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
“La parte emocionante es que estamos construyendo sobre el éxito del mejor equipo que jamás haya aterrizado en este planeta, que es el equipo de la NASA con sus contratistas y sus colaboradores”.