Modificar la forma en que se realizan tareas cotidianas, cambiar horarios o el espacio físico donde colocamos aparatos eléctricos o muebles en el hogar, representan ahorros monetarios importantes en las familias que, en general, ayudarán a mitigar el calentamiento global.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) destaca en su página de internet que tan sólo el refrigerador consume cerca del 29 por ciento de la energía eléctrica en el hogar, por lo que recomienda colocarlo en un sitio ventilado y fresco, lejos de la estufa y evitar que le lleguen los rayos de sol directamente.
También, revisarlo por lo menos una vez a la semana y desechar alimentos en mal estado. Si se está fuera de casa, desconéctalo y déjalo con la puerta abierta para evitar que se formen bacterias y hongos.
Asimismo, sugiere no mantener abierta la puerta más del tiempo necesario, evitar introducir alimentos calientes y ajustar el termostato al mínimo según el instructivo de uso y el lugar donde se vive.
Otra actividad cotidiana con la que se puede ahorrar energía es planchar, ya que se debe iniciar con las prendas que requieren menos calor, arreglar la mayor cantidad de ropa posible y apagar la plancha antes de terminar las prendas preparadas para aprovecha el calor acumulado al máximo.
En el caso de la luz, la dependencia federal solicita a los usuarios cambiar los focos por ahorradores, mientras que en caso de tener aire acondicionado verificar que el motor, cableado y termostato funcionen correctamente, así como apagar el sistema al salir de la habitación si vas a permanecer fuera mucho tiempo.