Astrónomos descubrieron pruebas sobre lo que podría ser el primer descubrimiento de una luna orbitando un planeta fuera del Sistema Solar, a unos ocho mil años luz de distancia de la Tierra en la constelación de Cygnus.
La candidata a luna orbita un planeta gigante de gas que, a su vez, gira alrededor de una estrella llamada Kepler-1625, informó la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
No obstante, los investigadores indicaron que la hipótesis de la luna es tentativa y debe ser confirmada por las observaciones de seguimiento del telescopio espacial Hubble.
“Si se confirma, este hallazgo podría alterar completamente nuestra comprensión de cómo se forman las lunas y de qué se puede hacer”, destacó el administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en la sede de Washington, Thomas Zurbuchen.
Debido a que no se pueden tomar imágenes directas de las lunas fuera del Sistema Solar o exlunas, su presencia se deduce cuando pasan frente a una estrella, evento llamado tránsito, explicó la agencia espacial estadunidense.
A diferencia de los exoplanetas, las exolunas son más difíciles de detectar porque son de menor tamaño que el planeta compañero, además de que lo orbitan de manera directa.
Este hallazgo se dio mediante el uso de los telescopios espaciales Hubble y Kepler de la NASA, donde investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York, encontraron en el planeta Kepler-1625b, una firma de tránsito con anomalías, que sugiere la presencia de una luna.
“Vimos pequeñas desviaciones y oscilaciones en la curva de luz que nos llamó la atención”, dijo el astrónomo David Kipping, quien junto a su colega Alex Teachey analizó datos de 284 planetas descubiertos por Kepler.
En un artículo publicado en la revista “Science Advances”, los científicos informan que la luna candidata podría ser del tamaño de Neptuno, y esto ofrece nuevos conocimientos sobre el desarrollo de los sistemas planetarios.
Tanto Kepler-1625b como su posible satélite son gaseosos, por lo que la luna puede haberse formado a través de un proceso diferente al conocido, y debido a su composición no son adecuados para la vida como la conocemos.
Por lo anterior, se tendrían que revisar las teorías de cómo se forman las lunas alrededor de los planetas, apuntó la NASA.
De acuerdo con el documento, los astrónomos estiman que el candidato a luna tiene el 1.5 por ciento de la masa de su planeta compañero.