Dos a 5 por ciento de los niños padecen depresión en México

La violencia doméstica, la pérdida de un familiar y el acoso escolar, son algunos de los factores que podrían desencadenar depresión infantil.

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La depresión infantil puede reflejarse en periodos de irritabilidad, tristeza, llanto e impacto en su desempeño ya sea en la escuela, con amigos y su familia, señaló la médica paidosiquiatra de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, Carmen Torres. 

Si bien este padecimiento tiene una prevalencia del dos al cinco por ciento de la población, puede presentarse en pequeños desde los tres años de edad hasta la adolescencia y la adultez, por lo que destacó la importancia de “pedir ayuda y de requerir la atención de los padres”. 

Advirtió que la sintomatología en un menor con depresión es: practicarse el cutting o cortadas en el cuerpo, no jugar ni reír, cambios en el apetito -ya sea que coma mucho o poco- y en el estado de ánimo, en algunos casos ideas de minusvalía y sentirse menos que los demás, inútiles o culpables por algo, así como tener constantes peleas en la escuela. 

También pueden expresar deseos de morir como “ya no quiero estar aquí”, “para qué vivo aquí” o incluso, tener algún intento suicida. 

Ante ello, consideró indispensable que no se debe pasar por alto cuando el infante tiene desinterés por realizar actividades o está aislado..

La especialista indicó que también detona la depresión infantil si los padres también están bajo ese padecimiento; si hay violencia en casa, desde golpes hasta el menosprecio del hijo; la pérdida de un familiar provoca cuadros de ansiedad y problemas de conducta en el 40% de los niños.

Otro factor de riesgo es la violencia de pareja, donde hay golpes, insultos, humillaciones que afectan el estado de ánimo del pequeño, por eso es importante el respeto entre los padres. También afecta el bullying o acoso escolar, donde el niño tiene problemas para establecer amistades o ya es víctima de otros menores.

Sobre el tratamiento, Carmen Torres detalló que  este busca la reintegración del infante a su vida habitual y depende también de la gravedad de los síntomas. 

En una depresión leve se debe acudir con un profesional para modificar la dinámica de la familia y tener mayor contacto con el menor; cuando es el caso, disminuir las discusiones entre los padres. 

En una situación moderada o grave, se recomienda atención psicológica con terapia cognitivo-conductual y medicamentos recetados por el médico tratante. 

Al respecto, mencionó que al menos en la Ciudad de México se cuenta con cinco unidades de atención para el tratamiento de menores con depresión, como es el Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro.

Además, el nosocomio cuenta con servicio de urgencias las 24 horas, es el único donde se tienen internamientos. También se encuentran tres centros comunitarios de salud mental en Zacatenco, Iztapalapa y Cuauhtémoc, donde es atendida toda la población. Y el hospital Samuel Ramírez, donde se reciben niños en consulta externa.