Un nuevo tratamiento para los comedores compulsivos fue desarrollado por científicos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
El método se basa en la estimulación magnética transcraneal para disminuir el riesgo de que la persona incurra en los denominados atascones: episodios en los que puede llegar a consumir, en menos de dos horas, hasta 7 mil calorías, pero sin el efecto de rechazo observado en la bulimia.
Julián Reyes López, investigador en neurociencias y psiquiatría de la UAQ, explicó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que el método desarrollado utiliza protocolos eléctricos, optogenéticos (combinación entre óptica y genética), electromagnéticos y químicos, aplicados de forma no invasiva a través de un electrodo o de un catéter, para influir temporal o permanentemente en la actividad de ciertas zonas del cerebro relacionadas con este trastorno.
“Las estructuras frontales, específicamente las prefrontales, son áreas cerebrales que funcionan entre juez y semáforo”, indicó Reyes López, puntualizando que cuando el funcionamiento de estas estructuras cerebrales disminuye, se ve limitada la capacidad de evaluar entre tomar o no la decisión correcta dependiendo de las consecuencias. Esto provoca que la persona afectada manifieste conductas compulsivas como atracones, lo que puede derivar en obesidad y otros problemas.
A pesar de que existen métodos similares para tratar otro tipo de adicciones, los investigadores de la UAQ subrayan que hasta ahora no se había considerado la estimulación cerebral para el trastorno por atascón.
El equipo indicó que pronto comenzará la primera fase de prueba de este método, después de la cual se avanzaría hacia ensayos clínicos más complejos: de ser exitosos, las personas que padecen este trastorno -entre un 50 por ciento y 70 por ciento de los que padecen sobrepeso y obesidad, según la Organización Mundial de la Salud- contarían con un tratamiento menos costoso que los disponibles actualmente.
Con información de RT